Es el momento de escuchar y trasladar esperanza, cariño y cercanía. ¿Si no es ahora, entonces cuándo? Lo que ha sucedido en Valencia y otras ciudades y zonas rurales de España, está siendo una tragedia enorme, de esas que sirven para redescubrir el significado y el propósito de la vida. Nuestros Reyes han sabido darse cuenta, no sólo de los enormes daños materiales, sino de la dimensión humana de tanta desdicha, que golpea a personas sencillas que, en unas pocas horas, lo han perdido todo. Don Felipe y Doña Letizia se han volcado, desde el primer momento y siguen haciéndolo. Además de mitigar el desaliento de muchos y levantar ánimos entristecidos, como hemos podido ver, el Rey y la Reina, mantienen el contacto permanente, con encuentros de trabajo dentro y fuera de Zarzuela, autoridades, expertos en reconstrucción y grupos de apoyo, para tratar de embridar la situación y lograr la ansiada recuperación. No se han conformado con ir al lugar de la tragedia; siguen volcándose con el poder fortalecedor de la Jefatura del Estado, en medio de la gratitud de los afectados y la satisfacción de la inmensa mayoría de los españoles, que les siguen de cerca en ese empeño por ser portadores de holgura y de coraje. Tenemos unos Reyes estupendos. Su capacidad para sanar heridas, e infundir ánimo, no puede ser mayor. Han sido diligentes, han sido valientes. Durante esta semanas hemos visto al Jefe del Estado y a la Reina Letizia volcarse de manera positiva con las zonas afectadas y promover, después de escuchar mucho, soluciones prácticas que beneficien a los afectados e impulsen sus vidas hacia adelante. Don Felipe y Doña Letizia están dando lo mejor de ellos mismos y eso es bueno para España y para nuestra convivencia, especialmente en momentos de destemplanzas y crispación. Lo que están promoviendo los Reyes, se llama amor en acción. Aciertan al comportarse así. Lo vienen haciendo desde el principio de su reinado, lo que pasa es que ahora, con esta tragedia, se ha notado más. Pero los dos tienen claro que están aquí para servir y ser útiles. Para hacer felices a los españoles, con lo que vemos y con lo que no vemos. Por eso el pueblo los quiere cada día más. La opinión pública y la opinión publicada, tanto dentro como fuera de España, ha sido unánime a la hora de reconocer la capacidad de Don Felipe y de Doña Letizia para caldear corazones y poner de manifiesto que la vida es mucho más que la supervivencia. Los hemos visto encontrarse con cientos de personas, de todas las edades y condición, como si los conocieran de toda la vida. Eso es algo muy sanador para los que lo están pasando mal, muy mal. Es hora de seguir adelante y aupar la vida y los Reyes se han puesto al frente con prontitud y determinación, haciendo lo que tenían que hacer y dando el mejor ejemplo de auxilio, de acciones concretas y de acompañamiento, que está en sus manos ofrecer.