Cien kilómetros separan Palencia y Aguilar de Campoo. Imagínense no solo completar esa distancia corriendo de manera ininterrumpida sino con el hándicap añadido del desnivel positivo que conlleva subir y bajar 10 veces al Monte el Viejo por la zona de la boquilla. Ese fue el reto que superó ayer el ultrafondista palentino David Ontaneda, del Saborea Cuatro Cantones, 100 kilómetros que supusieron su último desafío de este tipo. Por lo menos en un tiempo.
Todo a favor de la Fundación Menudos Corazones, que ayuda a niños con cardiopatías congénitas. Una forma tremendamente simbólica de devolver el esfuerzo de estos verdaderos profesionales y el cariño brindado a su hijo Miguel. En el momento de la finalización del reto se habían conseguido recaudar 1.870 euros, pero las donaciones pueden seguir realizándose hasta dentro de unos días a través de www.migranodearena.org.
Un examen para las piernas
El que David Ontaneda completó durante prácticamente todo el día de ayer fue un exigente examen para sus piernas de ultrafondista. Y es que el desnivel positivo fue todo lo contrario a un aliado en el Monte el Viejo.
A las 18,01 horas, parando el cronómetro en 17 horas, 50 minutos y 42 segundos, en una nueva demostración de superación de límites físicos y mentales, Ontaneda cerraba el telón de su última «función solidaria», como él mismo denominó al desafío. Una prueba que le ha sacado «completamente de mi zona de confort» y en la que la endiablada conocida boquilla del Monte el Viejo, con sus 700 metros de desnivel positivo, «intentó poner en jaque mis cuádriceps durante los 100 kilómetros». A pesar de todas las dificultades, Ontaneda logró equilibrar con bastante acierto la difícil tarea de conjugar pendientes y bajadas pronunciadas con minimizar los efectos en sus rodillas y cuádriceps.
La última función de David Ontaneda - Foto: Óscar NavarroEl ultrafondista palentino estuvo siempre acompañado, también durante toda la noche del viernes al sábado, tanto por un compañero del Saborea Cuatro Cantones como por la también atleta del Club Atletismo Arroyo Eli Pinheiro, además de la corredora del Club Corriendo por Palencia Patricia Hervás, que vigilaron en todo momento su estado físico y mental. Además, como no podía ser de otra forma, el ultrafondista Dani Rodríguez era durante esta prueba, como lo ha sido tantas veces, «un apoyo fundamental para mí». Y así, poco a poco, paso a paso, kilómetro a kilómetro, Ontaneda iba mejorando todas las apuestas de registros previstos por la organización del Saborea Cuatro Cantones.
Pese a que como reconoce el ultrafondista «los últimos diez kilómetros han sido de una dureza física que no había imaginado», Ontaneda llegaba a la meta, fundiéndose en un abrazo con su mujer y sus tres hijos, amigos, compañeros de equipo y un nutrido grupo de palentinos que le esperaban para arroparle en la dársena del Canal de Castilla.
Nadie sabe a ciencia cierta, ni siquiera el propio David, si este ha sido su último baile solidario. Pero, una vez cerrado el telón, todos (él seguro que también) deseamos que el espectáculo continúe. Pero antes hay que resetear la mente y las piernas.