De muchas cosas, entre ellas del inminente referéndum, como no aceptar que Andalucía les limite la financiación. Cada segundo que pasa se supera en absolutismo e insolidaridad. No se acuerdan de los años 50/60 de la cantidad de andaluces y de otras regiones, algunos sin saber leer y escribir, que levantaron Cataluña. Aragonès rechaza negociar el Sistema de forma multilateral y el Gobierno que actúa en nombre de todos pero sin todos, acepta y añade pródigas propinas. Y así, entre unos y otros limitan la solidaridad a las CCAA pobres a las que dicen «hagan sus ajustes». O sea, que el separatismo puede decir al resto lo que ha de hacer porque, para ellos, son todas las financiaciones singulares. Los del PNV exigen a Aragonès «respeto» por el temor que generaría el «singular Concierto Vasco» cuando eso, y más, es lo que debería desaparecer y las demás CCAA, pedir daños y perjuicios por el expolio de personas y prebendas. No queremos depender de esta gente. España no debería aprobar normas que incumplen no solo los estándares del Derecho Europeo. La inventada amnistía es una pesadilla por su virulenta división. Una amnistía, dice Belén Becerril, profesora titular de Derecho de la UE, «suele estar matizada por razones de reconciliación social y política pero olvidan, o no quieren ver que estos objetivos deben alcanzarse mediante métodos y procedimientos coherentes». A este paso, los ciudadanos de a pie no saben porque no se lo dicen si llegará el día en que esté previsto volver a amnistiar a los amnistiados. Ya lo decía Rubalcaba: «Si te alías con un fanático perseguido por la Justicia, puedes acabar secundando su escapada». Lo trágico de todo cuanto estamos viviendo es una vergüenza a voz en grito, tal hizo la ministra de Igualdad por otra causa. Los separatistas se distinguen por ser insaciables. No les pidas un vaso de agua cuando ya niegan a los demás el pan y hasta la sal. Si, hoy, Heráclito estuviera vivo, aconsejaría a Sánchez: «no debilites nunca el peso político por tu aversión a tu contrincante principal, ya que el fin de ese partido significaría también la simultánea desaparición de escudo cruzado».