Editorial

Las Lanzaderas de Empleo cumplen 10 años

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Es un gran balance, en el que destaca sobremanera la cifra de quienes han mejorado su situación, bien con la consecución de un trabajo por cuenta ajena, bien a través del emprendimiento o bien con una ampliación de su formación con cursos o prácticas

A lo largo de sus diez años de vida, las Lanzaderas de Empleo han recibido a veinte mil participantes, de los que doce mil -un sesenta por ciento- han mejorado su situación laboral, lo que las sitúa veinte puntos por encima de otros programas con los que comparten objetivos; han contribuido a crear medio millar de puestos de trabajo entre formadores, orientadores y expertos en recursos humanos; se han extendido desde Aguilar de Campoo a trescientos emplazamientos en toda España y tres incursiones internacionales en Portugal, Italia y Bélgica; han firmado quinientos convenios con las administraciones públicas y han cerrado medio centenar de acuerdos con entidades y empresas colaborativas y han recibido varios premios por sus buenos resultados y su metodología. 

Es un gran balance, en el que destaca sobremanera la cifra de quienes han mejorado su situación, bien con la consecución de un trabajo por cuenta ajena, bien a través del emprendimiento o bien con una ampliación de su formación con cursos o prácticas. Porque ese, y no otro, es el objetivo de una iniciativa que lleva impresa la Marca Palencia, puesto que surgió en la aguilarense Fundación Santa María la Real, donde en su día también nacieron las Escuelas-Taller. Y aunque hablamos de un objetivo común a otros programas y otras vías de fomento del empleo, quizá su éxito radique en la innovación, en la originalidad de los métodos, en el carácter transversal de la búsqueda, en el abordaje integral, en el hecho de hacerlo en un grupo, de manera colaborativa y solidaria, y en su capacidad de adaptación a un nuevo mercado laboral, con unas necesidades y unas demandas distintas al de finales del XX o principios del XXI.

La gran mayoría de las empresas han entrado ya por la vía de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y quien busca empleo no solo ha de tener habilidades sociales, ser capaz de preparar un buen currículum y defenderse en una entrevista de trabajo, sino que tiene que adquirir competencias digitales y prepararse para afrontar situaciones cambiantes. Y es ahí, en esas novedades y en esa implementación de conocimientos, capacidades y destrezas desde el autoconocimiento, donde se han centrado desde el principio las Lanzaderas de Empleo y han dado en el clavo. Por eso se han extendido por toda España, como en su momento se extendieron las Escuelas-Taller. Y si en estas se situaba a la persona en el centro de la iniciativa, de forma que mientras aprendía un oficio, se involucraba en mejorar el entorno; en las Lanzaderas vuelve a serlo como protagonista de su búsqueda. No se trata de asistir, sino de acompañar, buscando lo mejor de cada cual, para empoderarle en su camino.