Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Ione

22/10/2023

Los experimentos gaseosos que las democracias occidentales han hecho en el último medio siglo con gobiernos de coalición entre varios partidos han sido generalmente han sido tormentosos o, por lo menos, difíciles. Hay excepciones, cierto es, como las ententes cordiales de los alemanes con aquella Grossen Coalitionen entre SPD y CDU, o la actual triple alianza semáforo, que aúna a rojos, verdes y amarillos liberales. Ellos sí que saben conjugar el interés general, y si las medidas necesarias exigen ir contra el ecologismo de moda, los tres reman a la vez y las aprueban, unos mirando hacia otro lado tapándose la nariz y los otros asumiendo su responsabilidad histórica. Luego han estado, en el capítulo de coaliciones pacíficas, aquél tripartito catalán que reunía un grupo tan anti natura como socialistas, republicanos independentistas y eco comunistas. Aunque bien mirado, ese gobierno a tres tenía una argamasa mucho más fuerte que cualquier programa de gobierno común: se trataba de auspiciar cosas como el Tinell, el apartheid a los que pensaran diferente a ellos. Al otro lado de esta moneda caprichosa que se lanza al gobernar en coalición están gobiernos como los de Madrid antes de Ayuso, en los que una parte atacaba a diario a la otra para obtener un rédito que al final acabó siendo el sumidero por el que se fueron sus ambiciosos representantes.

Desde enero de 2000 gobierna en España una coalición de dos, que luego ha sido de tres sumando a Sumar. No ha habido semana sin discrepancias de calado en la acción de gobierno, pero nada ha hecho mella en la estabilidad del invento. Por encima de todo está seguir en el poder. En ese ejecutivo que hizo de la necesidad virtud, situaciones como la guerra en Ucrania o en Oriente Próximo han hecho estallar las cuadernas hasta provocar peligrosas vías de agua en el casco. Y la voz de la conciencia (propia) ha sido siempre la de la ministra Ione Belarra, joven dirigente política crecida en los movimientos teledirigidos que irrumpieron en la vida pública hace menos de diez años. Todos los días acusa a un país soberano de genocidio y propone medidas delirantes que sólo obedecen al desconocimiento histórico del conflicto y a la radicalización ideológica que profesa, en todas sus ideas y propuestas deja en mal lugar al gobierno que ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea, pero anochece cada día y el decreto para su cese no llega nunca. Ni siquiera ahora, que su partido parece más descolocado que las elecciones en julio. Ione pide romper relaciones con Israel e imponerle sanciones económicas. Tal vez no recuerde, o no le hayan explicado, que el precedente más cercano de la ruptura de relaciones con este país se dio con un tal Franco en el poder.