El virtuosismo de la violinista palentina Marta García Gutiérrez se reconoció el pasado curso con uno de los Premios Extraordinarios de Enseñanzas Profesionales de Música de Castilla y León que recibió en una gala celebrada en Valladolid a mediados de diciembre. Pero el trabajo y el esfuerzo de esta joven de 18 años va mucho más allá y no se reduce a un curso académico. Todos sabemos que tocar un instrumento es una tarea muy difícil y, sobre todo, muy sacrificada que requiere miles de horas. De hecho, ella lleva prácticamente toda su vida con el instrumento al hombro. «Todo el ocio que he tenido lo he utilizado para el violín y he tenido que quitarme de excursiones, pero al final obtienes la recompensa», declara.
Explica que con cuatro años practicaba ballet, pero que acabó decantándose por la música tras escuchar a su hermana mayor, Charo, tocar la viola en casa. Sus interpretaciones le sirvieron de inspiración, aunque finalmente eligiera otro instrumento.Eso sí, optó por uno de la misma familia. Entró con ocho años en el Conservatorio de Palencia para cursar primero de elemental de violín y salió el pasado verano tras finalizar sexto de profesional. «Con los años le fui cogiendo más gusto, estudiaba mucho y mi pasión ha ido creciendo con el paso del tiempo», explica García tras recordar que mientras acudía al centro de la plaza de San Pablo simultaneaba sus estudios de Primaria yESO en el Blanca de Castilla y Bachillerato en la escuela de Arte Mariano Timón.
En total, aprobó -y con nota- diez cursos musicales enPalencia que actualmente tienen su continuidad en Madrid, ciudad a la que se trasladó tras matricularse en un grado de Interpretación de Violín en el centro Katarina Gurska. Con esta trayectoria académica, en el futuro querría dedicarse a la música profesionalmente, bien en una orquesta o en una formación de música de cámara.«Es lo que más me gustaría hacer», añade.
Entre todas las composiciones que ha interpretado a lo largo de su carrera musical, bien en privado mientras ensayaba, bien en actuaciones en diversos lugares de Palencia y Castilla y León, cita el Concierto número dos del polaco Wieniawski, «una obra muy virtuosa con partes líricas», aunque asegura que su pieza favorita es el Concierto para violín del finlandés Sibelius. «Me parece que es la mejor obra que existe», declara.
Por último, García agradece la labor de los profesores en el conservatorio palentino, «sobre todo Raúl Leal, que me ha ayudado, me ha apoyado y me ha resuelto muchos problemas».También recuerda la labor de la pianista Mari Carmen, «que me parece excepcional» y a su familia, «que me ha aguantado durante todo este tiempo».