Poco a poco la capital palentina va cogiendo el gusto a eso de disfrazarse y desfilar por la Calle Mayor. Hay que reconocer el mérito, porque no es febrero el mes más idóneo para no ir parapetado entre capas de ropa, y porque cuesta vencer la vergüenza.

Pero, como decía, cada vez son más los palentinos que se animan a disfrutar del Carnaval. Ayer, ahí está la muestra, cerca de 2.000 personas se reunieron en la Plaza Mayor para disfrutar de la fiesta organizada por el Ayuntamiento con  la colaboración de las Asociaciones de Vecinos de la capital y el Consejo Municipal de Peñas.

Es cierto que fueron muchos menos los que se disfrazaron pero eso no resta al buen ambiente que se vivió durante la gala de entrega de premios, que estuvo amenizada, desde dos horas antes, por el deejay palentino Héctor Calderón.

La música también fue protagonista del desfile. La batucada Los Gurús abría la colorida marcha que esta año, como novedad, partió del Parque del Salón y no de la plaza de San Pablo. Las carrozas contribuyeron a que el desfile ganara espectacularidad y permitieron, de paso, que los más pequeños viesen a la Pantera Rosa pasear en su espectacular coche, a los piratas en su terrorífico barco o a Mickey Mouse en su cohete a la luna. Prueba de que la animación del desfile fue un éxito -con Nemo perseguido por un tiburón, o una medusa y un pulpo gigantesco- fueron los cientos de personas que se pararon a su paso  para disfrutar de los disfraces.

Y es que, más allá del público y la animación, los verdaderos protagonistas fueron los cientos de personas que se enfundaron un disfraz.

No faltó imaginación: hubo una jirafa de apenas tres años, ratoncitos, bombillas, pingüinos, guardias civiles, un par de Torrentes, pollos, indios, un lobo muy fiero, piratas, comecocos, tubos de pasta dentífrica, payasos, fresas, un oso panda,  un obispo rosa e incluso alguien que se disfrazó de Efecto Doppler, algo de lo que seguro sólo los más avispados se percataron.

No faltó la crítica; un grupo de palentinos se disfrazó de buitres que revoloteaban sobre maletines de Nóos o sobres con el nombre del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. Por cierto, cada vez son más los amigos que se ponen de acuerdo y buscan un disfraz original que, ya de paso, les permita ganar el concurso que organiza el Ayuntamiento. Este año, los ganadores han sido un grupo de guardias civiles, con sus originales coches patrulla, y comandados por Torrente. El segundo premio se ha ido para una formación de cabaret y, el tercero, para los vagones muy locos de una montaña rusa.

En definitiva, adultos con ganas de divertirse pero, sobre todo, muchísimos niños de todas las edades. Y es que quizá sean las generaciones más jóvenes las que menos vergüenza tienen a la hora de disfrutar y vivir el Carnaval. Bien por todos.

 

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