El ser humano, animal político por naturaleza, puede ser un servidor del pueblo, entregado y noble en su empeño, de altura y respeto hacia sus adversarios; preparado intelectualmente para asumir la gobernanza tras una larga formación humanística, sociológica y jurídica, o ser un político antropológicamente mediocre, sin formación alguna, pretencioso para lograr sus ambiciones, vengador y confabulador. Este tipo de hombres y mujeres dedicados a la política, son los seudo políticos, (falsos políticos), de los cuales proceden las seudo políticas (falsas políticas). Las seudo políticas, carecen de prospectiva alguna para alcanzar el futuro, y la prosperidad de: la ciencia, la tecnología o la economía, al contrario, se debaten en el pasado y escogen: el retroceso, la miseria, la incultura y la confrontación. La praxis de las seudo políticas son decadentes e incapaces, se amparan en derechos al abrigo de las Constituciones o de las leyes, para convertir el orden sagrado de las democracias en tiranías feudales. Son epígonos de otras fracasadas, de esta manera, alientan impávidas a la furibunda horda de despropósitos cotidianos que subyacen al fracaso de la política en su buen sentido. El único fin de las seudo políticas es descomponer una nación, conducirla al caos total, a la miseria humana y económica, a cumplir la voluntad individual de la ocurrencia permanente, carente de fundamento científico o jurídico, desvirtuando el análisis profundo de cada tema objeto de gobierno, y con el consenso de la mayoría parlamentaria de un país, no del consenso de grupúsculos abyectos y proclives al odio de quien les contradice. Las seudo políticas provienen del submundo de la barbarie, de la subversión, de la soberbia, todo ello extemporáneo al mundo en que se vive, a la sociedad en la que se habita, por ello mismo, los seudo políticos, escasos de luces intelectuales, profanan la dignidad y el buen nombre de aquellos líderes que agrandaron la historia, la literatura y el arte de sus pueblos e hicieron prosperar a sus naciones, creando riqueza desde el trabajo en cualquiera de sus órdenes. Los seudo políticos desprecian todo aquello descrito e intentan borrar la gloria de su país desde doctrinas fenecidas.