Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Veinte días

17/11/2024

Son los que ya han transcurrido desde la catástrofe que asoló el Levante español causando tanto dolor y tanta desgracia y que, lamentablemente, aún no ha terminado. Durante estos veinte días los medios se han ocupado de modo exclusivo de transmitir los hechos. Es lógico que así haya ocurrido-y siga ocurriendo-dada la enorme transcendecia de los sucesos acontecidos. Con frecuencia comentamos el exceso de la politización de nuestra sociedad y su continua injerencia en el comportamiento de todas las autoridades que rigen la colectividad. El ideológico muro divisorio levantado por el señor Sánchez ha mostrado su potencia en estas dramáticas circunstancias: los partidos políticos se han encarnizado en culpar y exculparse  en su actuación frente a la desgracia. Se ha llegado a incriminar a los negacionistas del cambio climático, olvidando las aciagas consecuencias de la aplicación del llamado green woke que ha motivado a la ingeniería pública y su insoportable sectarismo. Mientras tanto, los ciudadanos han actuado con energía y profundo sentido de la solidaridad, sabedores de que su participación activa era la única que iba a producirse, ante la tardanza e inhibición de las fuerzas gubernamentales. De modo  adyacente se han evidenciado expresiones, de índole diversa, de la miseria y ruindad que anidan en el fondo de la condición humana. El pillaje, los robos, las agresiones a los más débiles y necesitados de ayuda se siguen produciendo. Los engaños, las mentiras, los bulos han campado y siguen haciéndolo con total impunidad y desprecio de todo sentimiento humanitario. La llamada prensa rosa también nos ha ofrecido las fotos de famosos y famosillos que han aprovechado la ocasión para mostrarse como seres solidarios y generosos ante la opinión pública. Durante estos últimos días, se han producido inundaciones en Andalucía y la actuación de las autoridades ha sido diligente y eficaz, lo que viene a mostrarnos que, por el momento, se ha asimilado la lección trágicamente aprendida en la comunidad valenciana. Ahora asistiremos a enojosos procedimientos judiciales que  intentarán depurar responsabilidades, mientras los damnificados esperan las indemnizaciones prometidas.