Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Un otoño delirante

10/09/2024

Septiembre siempre ha sido un mes de expectativas, con la puesta en marcha de los proyectos que marcarán el calendario político y decisiones que previsiblemente corregirán los errores cometidos en las semanas previas al verano y que se han analizado concienzudamente durante las vacaciones, para ver la manera de que no impregnen, para mal, lo que quede de curso.

El acuerdo con ERC para conceder a Cataluña el concierte económica que Sánchez y sus ad lateres se empeñan en llamar singularidad, impregna la actualidad junto al cada vez más tenso debate sobre la ley de amnistía, pero el envenenamiento político ha rebasado todos los límites porque el escenario ya estaba muy envenenado con los casos Koldo, Begoña y Azagra, con recusaciones de jueces y abogados a diestro y siniestro para intentar salvar la cara de la esposa presidencial.

Las noticias que protagonizan los titulares de estos días causan asombro: el más reciente, la operación venezolana, consistente en conceder asilo político en España al ganador de las elecciones que Maduro no quiere considerar ganador, y quitarle así al dictador un obstáculo para mantenerse en el palacio de Miraflores. Dice Corina Machado que Edmundo desde Madrid y ella misma desde Venezuela mantendrán la lucha para que se reconozca su éxito electoral y Maduro se vea obligado a abandonar la presidencia, pero eso no lo creen ni ellos. Porque Maduro tiene terror a perder la impunidad presidencial, y verse como los compañeros latinoamericanos hoy en prisión por sus condenas de corrupción desaforada. Pero además Maduro se siente seguro, ya que la comunidad internacional habla de boquilla; , mucha palabrería pero nadie actúa contra el tipo que dice que ha ganado elecciones sin aportar los documentos que lo demostrarían.

Sánchez se ha ido a China y "vende" que quiere ser el intermediario entre China y la UE para solucionar los espinosos asuntos comerciales. Si él lo dice… Días atrás advirtió que si perdía el apoyo parlamentario de los independentistas, gobernaría al margen del legislativo. Viva el respeto a los principios de la democracia. Se comprende que el Fiscal General declarara hace unas semanas que si era imputado se mantendría imperturbable en su cargo. Tampoco el señor García Ortíz es amigo de los buenos hábitos; se empecina en imponer su criterio y desafiar al Supremo.

Llueven las recusaciones a jueces y abogados, el que no corre vuela. Cuando vienen mal dadas, la primera reacción es buscar la manera de coger en falta al profesional empeñado en hacer cumplir la ley. Este deporte al que se aplican entusiasmo importantes figuras, para recusar a quienes ponen chinitas en su camino glorioso, nunca se había vivido en esta España desbaratada. Y asusta. Porque si hay pocos motivos para confiar en la independencia de algunas instituciones, ocupadas por sanchistas de libro, da miedo que las instancias superiores se encarguen de que nadie del círculo presidencial salga perjudicado.

Eso sí, los valientes como Lambán y Page que se vayan preparando: los sanchistas les esperan con las pistolas cargadas.