Durante estos días, todavía se encuentra nuestra ciudad huérfana del diario pasear ciudadano, del ser y estar de sus gentes habituales; y en sus calles se respira por ello una cierta soledad cuando uno se pasea por ellas.  Es el signo del tiempo de verano, que todavía se encuentra entre nosotros. 
Porque son muchos los que en estas fechas salen de la ciudad en busca de otras tierras donde pasar su temporada de vacaciones, quedando esta casi bajo mínimos; con el personal justo para que la misma pueda mantenerse en pie, subsistiendo a los embates del calor y cumpliendo las expectativas de mantenerla a flote con los cuidados correspondientes y la actividad mínima de conservación.
Pero en ese discurrir de los días no faltará mucho ya para que, de pronto, un buen día salgamos a la calle y, como por arte de magia, la reencontremos iniciando la recuperación de su habitual actividad, con las gentes en gran número paseándose de aquí para allá y entregándose a sus quehaceres cotidianos.   Y si a este fenómeno, casi paranormal exagerando un poco, le añadimos además que en esos días de finales de agosto estaremos por aquí preparando todo lo adecuado para celebrar por todo lo alto nuestras fiestas patronales, nos vamos a encontrar con que nuestra ciudad se nos mostrará de pronto mucho más concurrida.  
Y ello porque, a quienes van regresando escalonadamente a la misma una vez finalizadas sus vacaciones, se unirán también aquellos otros que vengan a la ciudad con motivo exclusivo de la celebración de estas fiestas, que gozan siempre de un gran tirón popular. Así que día arriba día abajo como aquel que dice y en un visto y no visto por esa especie de juego de magia ya referido, pasaremos de encontrarnos prácticamente desierta a nuestra emblemática Calle Mayor, así como a otras aledañas a la misma, a verlas repletas de gente, desbordadas casi, camino de la normalidad diaria en el ser y el estar de la habitualidad de sus días.
Y es que la magia bien entendida, tiene a veces la capacidad de hacer aparecer o desaparecer a las personas en según qué lugares y momentos.  Que se lo vengan a decir a nuestra Calle Mayor Principal.