Rafael Torres

FIRMA SINDICADA

Rafael Torres

Periodista y escritor


El oráculo del presidente

02/07/2024

Sólo hay dos personas capaces de convencer a Joe Biden de lo conveniente que sería para su país, para el mundo y para sí mismo, que diera un paso hacia una jubilación honrosa, pero, lamentablemente, esas dos personas son las mismas que podrían convencerle de lo contrario, es decir, de que dé un paso más en la carrera que lleva, y, según el New York Times, ésto último es lo que ha pasado. Esas dos personas son su mujer, Jill, y su hermana Valeria, que éste fin de semana han estado encerradas en casa con él, aconsejándole, pero no parece, a tenor de lo que afirma el citado rotativo, que le hayan aconsejado lo mejor.

Cuando hace un par de semanas el trumpismo de las redes sociales echó a rodar vídeos manipulados para desacreditar a Biden por su decrepitud incapacitante, que si se quería sentar en una silla que no había (pero que sí la había), que si se le fue el santo al cielo en plena reunión del G7 (miraba a unos paracaidistas), que si esto, que si lo otro, uno salió reivindicando, de una parte, la información veraz, y, de otra, el derecho de las personas a hacerse mayores y, en consecuencia, a andar despacito, a no ponerse a bailar gospel (también se burlaron de eso) y a olvidarse de pronto de lo que van a decir. Uno señalaba al trumpismo y a la gerontofobia, pero ahora, tras su calamitosa actuación en el debate que le enfrentaba a Trump, tiene uno que señalarle a él también, principalmente por haber acudido a ese cara a cara que no venía a cuento.

No pasa nada por perder un debate, que ahí tenemos lo mal que le salió a Pedro Sánchez el que mantuvo con Feijóo en la campaña de las últimas generales y cómo remontó, pero sí pasa cuando el que se pierde puede ser el último y sin remontada posible. Eso es lo quería, al parecer, su círculo más cercano de asesores al embarcarle en el infausto debate, que perdiera y que fuera el último, esto es, que renunciara a presentar de nuevo su candidatura, a fin de que, mediante ese sutil golpe palaciego, la decadencia acelerada del presidente octogenario no fundiera las expectativas electorales de los demócratas, alfombrando con ello el fatídico retorno a la Casa Blanca del peligroso sicofante.

Jill y Valeria. La mujer y la hermana. El oráculo del presidente se ha expresado, y si se confirma lo que cuenta el New York Times, equivocadamente.