No suele despeinarse, como si pretendiera transmitir que todo lo resbala, que no hay nada suficientemente grave como para preocuparle.

Ni las noticias familiares le han cambiado el gesto, ni tampoco que empiezan a verse brechas en el sanchismo -que seguro que conoce-, ni que a su izquierda se desmorona Sumar y por tanto peligra la continuidad de su gobierno. Ni se inmuta. Solo se le vio tocado, abrumado, como ido, en la famosa escena de Paiporta en la que los escoltas le llevaban casi a rastras hacia su coche. Imagen letal para un dirigente político. Pero la Dana de Valencia no es el único problema al que se enfrenta el presidente español. También lo es la tensión con la Jefatura del Estado -se adivina, no se visualiza- y las brechas que se abren alrededor de Pedro Sánchez en escenarios que parecían bajo su control.

El último, RTVE, importante centro de poder que se utiliza desde Moncloa como plataforma para presentar a Pedro Sánchez con un perfil de hombre de Estado frente a la mediocridad de la oposición. Tanto importa RTVE al gobierno, que después de colocar a una militante socialista en la presidencia de su consejo, a la hora del relevo ha promovido un decreto ley que cambia las reglas del nuevo consejo del ente público.

Han colocado a destacados miembros del PSOE y de sus socios, Sumar, Podemos, ERC, Junts, y PNV. Muchos de ellos directores o ex directores de comunicación de destacados personajes afines a Sánchez y a quienes apoyaron su investidura. Con un salario de 105 mil euros anuales, cuando el consejo ahora cesante cobrada dietas de asistencia a las reuniones.

No cabe mayor desfachatez. Tanta, que incluso destacados profesionales de RTVE que en los últimos años no se han caracterizado por defender posiciones contrarias al PSOE y a su gobierno, han dado un paso adelante para denunciar la falta de independencia de los nuevos dirigentes del Ente, y anuncian actos de protesta para dejar claro que son contrarios al asalto que sufren desde Moncloa. En el PP están pensando si presentan candidatos a ese Consejo dentro del cupo que corresponde al Senado, cuatro miembros.

Hace un par de semanas, en el colmo del servilismo al líder, Óscar López declaró que se trataba del "consejo más plural de la Historia". Hasta ese punto llega el peloteo a quien te ha invitado a sentarte en la mesa del Consejo de Ministros.

En los próximos días se agudizarán las noticias incómodas para el presidente: se incrementa el desasosiego en las filas sanchistas, y también el desapego de Sumar y Podemos hacia iniciativas del gobierno. Pero, sobre todo, importa Valencia. La tragedia de Valencia no deja de estar presente, con las labores de búsqueda de víctimas, y la limpieza de lo que es imposible limpiar ante la magnitud de la catástrofe. El gobierno trata de echar balones fuera para ocultar la postura inhumana de sus miembros ante una desgracia de esa naturaleza, pero no consigue engañar a nadie.

Eso sí, Sánchez no se despeina. No permite que nada ni nadie afecte a su buen porte.