Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


De un año a otro

30/12/2024

A punto estamos de abandonar un año y dar la bienvenida a otro. Lo hacemos con una actitud que tiene su lógica. Al año que se va lo llamamos viejo, lo mismo que a la noche en que se produce el tránsito; y al que viene lo llamamos nuevo. Tal vez no nos hemos parado a pensar del significado que pueden tener ambas expresiones, comparando la una con la otra, poniendo lo viejo enfrente de lo nuevo.

El año viejo lo es porque ya no da más de sí; todo lo que ocurrió en él ya no tiene vuelta de hoja, es perfectamente irreversible, no tiene remedio ni tiene enmienda. Podía haber sido de otra manera, pero es imposible modificarlo. El año nuevo es lo contrario: todo por hacer, todo abierto, todo imprevisible, aunque sea dentro de una probabilidad que hay dar solo por razonable. Si de algo sirve el año que se fue sería para examinarlo con el espejo retrovisor para ver si hay algo que aprender de lo que pasó y es factible tenerlo en cuenta para que no vuelva a pasar en el año que viene. Pero no se si lo haremos. Acostumbramos a vivir tan deprisa, tan al día, que rara vez nos paramos a reflexionar hacia atrás desde esa perspectiva. Lo pasado, pasado está, y ya veremos como afrontamos lo venidero cuando vaya llegando.

Así que todo va muy deprisa. Cada vez más. Cuanta más edad vamos teniendo, más rápido es el paso del tiempo. Nos gustaría retenerlo, que no fuera tan veloz nuestro propio declive, que la vida nos diera algo más de margen para hacer cosas que todavía no hemos podido hacer. Y no hay manera. Hace nada inaugurábamos un nuevo siglo, y con él un nuevo milenio. Todos tenemos in mente la expectativa con que recibimos aquel año 2000. Parece que fue ayer y ya estamos en 2025, lo que quiere decir que ha transcurrido ya un cuarto del siglo XXI.

¿Alguna conclusión a obtener? La más obvia: que esto va que vuela, que es un soplo la vida, que no acabamos de enterarnos de que se fue el 2024 y ya estamos en el 2025. O sea que hay que aprovechar lo que quede, poco o mucho. Siendo así que no lo sabemos, y en ningún caso podremos detenerlo, ni ampliarlo, lo único que depende de nosotros es vivirlo. Y ojalá sea con la felicidad que yo les deseo.

ARCHIVADO EN: Siglo XXI