Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


¡¡¡Sinpa!!!

18/05/2024

Cliente a Camarero 1: «Buenos días, dos cañas, por favor» (es amable). Camarero 1: «Buenos días, ahora mismo». Las dos rubias perfectamente tiradas, con sus tapas de cortesía correspondientes, ya corren frescas y lozanas por las gargantas del Cliente (le llamaremos a partir de ahora «Cliente») y su acompañante. Al ratillo… Cliente a Camarero 2: «Serías tan amable de ponernos una de bravas» (hacemos el guiño a las Rutas Bravistas que acaban de comenzar y nos pilla esta columna justo en su ecuador). Seguimos…Camarero 2: «Por supuesto, ahora mismo se las pido a cocina. En un momentito las tiene». Cliente a Camarero 2: «Nada, faltaría más. No hay prisa. Muchísimas gracias» (va aumentando su nivel de cordialidad y dulzura en cada envite dialéctico). Le llegan al Cliente y a su acompañante esas bravas excelsas, eléctricas, punzantes y exquisitas. Sube la foto a redes para optar a los premios. Parece que todo va como la seda. Continuamos… Cliente a Camarero 3 (la cosa se pone tensa, pero su cortesía, lejos de disminuir, aumenta): «Disculpa, nos pones otras dos cañitas, por favor, que las tiráis perfectas» (además de su extraordinaria afabilidad, comienzan los elogios), «que estas bravas necesitan hidratación» (de la misma manera, chascarrillo mediante). Es un verdadero artista en lo suyo. Esas cañas corren que vuelan. Qué gustazo. Pero, prosigamos, que esto empieza a oler a fiambre. Cliente a camarero 4: «Me vas a disculpar (parece que le va a poner a caldo, pero…), nos atrevemos con unos calamares, que, seguro, están tan ricos o más que las bravitas» (ya utiliza diminutivos apelando a su cariño al local y a sus empleados). Camarero 4, con una sonrisa: «Marchando». Y los cefalópodos a la andaluza desfilan rápidamente por sus gaznates. Cliente a… Camarero 1 (cuando le pilla sin compañeros cerca, acercándose a la barra desde su escondite, y habiendo retirado, ya, su plato…): «Cóbrame, si eres tan amable, por favor». Camarero 1 (ignorante, a sabiendas del Cliente, del ágape): «Ahora mismo, caballero». Y tica, sus dos cañitas. «4,60, por favor». Así, literalmente, nos la han metido el otro día. Mantener las comandas abiertas, es imprescindible para lidiar con estas mañas. Hay verdaderos profesionales. Y pueden estar acechando.