Laura Gutiérrez Píriz, de 36 años, nacida en Salamanca y residente en Palencia, es un ejemplo de superación y resiliencia. Diagnosticada con Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la etapa adulta, ha logrado destacar tanto en su vida académica como profesional. A pesar de las dificultades que enfrentó en su etapa escolar, encontró en la UNED y en su departamento especializado en discapacidad (Unidis) el apoyo necesario para sobresalir en sus estudios. Actualmente, cursa la carrera de Derecho y tiene planes de acceder al Máster de Abogacía y Procuradora, con la ambición de ingresar a la carrera judicial.
Su estabilidad laboral como funcionaria en la Administración General del Estado, tras aprobar varias oposiciones, es otro de sus logros. Además, Laura está preparando oposiciones para el Cuerpo de Inspección de Hacienda. A pesar de las dificultades asociadas a su diagnóstico, Laura defiende que las personas con TEA pueden desempeñar trabajos de alta responsabilidad. «Muchos de nosotros somos capaces de desempeñar trabajos tan exigentes como los de cualquier otra persona. Lo único que necesitamos es el apoyo adecuado y la comprensión de quienes nos rodean», explica Gutiérrez.
El apoyo de la Asociación Autismo Palencia y su terapeuta, Sara García, ha sido clave para ayudarla a entender y gestionar su diagnóstico. Sin embargo, Laura denuncia la falta de recursos y apoyo en áreas rurales como Palencia, donde la atención especializada es limitada. «A pesar de los esfuerzos de asociaciones y programas nacionales, el apoyo en áreas rurales sigue siendo insuficiente y, a menudo, tardío. La falta de profesionales y recursos específicos limita las oportunidades de las personas con autismo, especialmente en el ámbito sanitario y educativo», comenta.
Para Laura Gutiérrez, la visibilidad del autismo es esencial, especialmente en adultos. Considera que aún persisten muchos prejuicios y malentendidos sobre el TEA. «El autismo no define lo que somos ni nuestras capacidades. Somos plenamente capaces de contribuir en todos los ámbitos de la sociedad. A menudo se cree que el autismo solo afecta a los hombres o a los niños, o que todos los autistas tienen una discapacidad intelectual. Esta falta de comprensión está muy extendida y hace que las personas con TEA tengamos que luchar el doble para ser entendidas y aceptadas», asegura.
A pesar de las dificultades y los desafíos que ha enfrentado, sigue adelante con una actitud positiva. En su vida personal, cuenta con el apoyo incondicional de su pareja, Arturo, con quien sueña con formar una familia. «Confío en que seré capaz de ser una madre igual que cualquier otra, cuidando y educando a mis hijos con amor y dedicación», afirma.
Para quienes comparten su diagnóstico, lanza un mensaje de esperanza y fortaleza: «Somos capaces. No dejemos que las dificultades nos frenen. Aunque el camino esté lleno de tormentas, siempre hay algo maravilloso al final. Sigamos luchando por nuestros sueños», concluye.