Brasil pone el ritmo y la lógica

Diego Izco (SPC)
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La exhibición de Vinícius y Rodrygo se acerca más a la realidad del Madrid. Remontar, una incómoda costumbre que se ha convertido en vicio para el Barça. Atlético y Girona cuestionan el mano a mano

Brasil pone el ritmo y la lógica - Foto: Mariscal

En Brasil, al menos eso afirmaban los viejos manuales, primero era el juego y después lo que conseguías con él. Luego llegaron las apreturas tácticas y la competencia física, y se perdió (dicen) la naturalidad con la que el 'brasileiro' le hacía cosas inimaginables a la pelota. Pero, en el fondo, nunca han perdido esa tendencia natural a 'bailar' mientras compiten. Vinícius y Rodrygo arrancaron la temporada con la sonrisa torcida, víctimas de un cambio en el sistema de un Ancelotti que visualizó a Bellingham (mediocentro) como 'sustituto' de Benzema (delantero), y que vio a sus laterales alcanzando más profundidad sacrificando la posición de sus brasileños mágicos, metiéndolos más al centro. Poco a poco, porque su naturaleza es la alegría, irán encontrando su sitio. Ante el Braga amagaron, ante el Valencia se exhibieron: sus dobletes, y no los 10 goles del inglés, son la descomunal lógica del Real Madrid. 

Sin juego

El Barça ha encajado los dos tantos más rápidos de LaLiga: Bryan Zaragoza (Granada) le marcó a los 17 segundos de partido, Samuel Omorodion (Alavés) a los 18. Por un lado, los azulgrana pueden presumir de alma: son el plantel que más puntos ha logrado este campeonato tras ir en desventaja (11) y los siete goles de Lewandowski han valido para rescatar más puntos que nadie (10, frente a los nueve que ha logrado Bellingham con sus 10 dianas). Pero el nivel del juego es alarmante: si esto mismo hubiera sucedido con cualquier otro entrenador, ya hablaríamos de un 'ex' o de alguien a punto de serlo. 

La 'resistencia'

Esta Liga no es un mano a mano porque el actor de siempre (el Atlético) da sensaciones de enorme fuerza. Pero también porque un protagonista nuevo, el Girona, se ha metido con un vigor inusitado en lo más alto: gana y convence, como los grandes, evitando el sufrimiento y logrando una efectividad notable en cada ataque. La humildad y la confianza juegan de su lado. Dure lo que dure, será maravilloso.