El Ayuntamiento anunció ayer que la calle de Antonio Maura se cortará al tráfico a partir de las 9,30 horas del lunes para continuar en esa vía (concretamente en el tramo entre Doña Urraca y Juan de Castilla y Barrio y Mier) las obras de semipeatonalización de la zona de bajas emisiones (ZBE).
El paso de los vehículos estará vetado hasta finales de agosto. Por ello, los usuarios de los garajes con vados permanentes situados en la calle Menéndez Pelayo tendrán que salir en sentido contrario de la circulación hasta la calle Pedro Romero o, en su caso, hasta la plaza de Isabel la Católica.
Además, el tráfico rodado de la calle Doña Urraca tendrá que continuar de manera obligatoria por Pedro Higinio Aparicio, según el esquema de obras. Todas estas incidencias estarán debidamente señaladas con carteles y vallas.
Esta actuación para semipeatonalizar la ZBE capitalina se suma a la que se está llevando a cabo actualmente en la calle Burgos y a las que, en el futuro, se acometerán en las calles La Cestilla y Don Sancho y la plaza de Isabel la Católica.
Estas intervenciones están financiadas con fondos de la segunda convocatoria del programa de ayudas a municipios para la implantación de ZBE y transformación del transporte urbano en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la UniónEuropea. Cabe recordar que estas fueron adjudicadas a la empresa Vías y Construcciones del Norte (Viacon) y que cuentan con un presupuesto que asciende a 1.073.084 euros.
Las calles Burgos, Menéndez Pelayo, Antonio Maura y la plaza de Isabel la Católica verán renovados sus acerados y suministros y sus calzadas quedarán elevadas con adoquines descontaminantes, con un resultado final similar al de los tramos renovados de la calle Mayor Antigua.
En el eje de la calle Don Sancho y La Cestilla, se reducirá un carril para crear aceras más anchas y facilitar el tránsito de peatones que las recorren a diario. Por ese motivo, la vía solo se podrá recorrer en sentido desde La Compañía a la institución provincial, lo que permitirá dotar a estas calles de aceras de 3,5 metros de ancho que, lógicamente, quedarán enrasadas con la calzada. La zona será de prioridad peatonal y quedará garantizada la accesibilidad, con un pavimento de granito y jardineras en el cruce con la calle Mayor.
En la plaza de Isabel La Católica se actuará para convertirla en un espacio de estancia integrada que ponga en valor los edificios de valor histórico que existen en ella.