Aunque el centro cultural Lecrác lleva formando parte de la ciudad desde hace casi tres lustros, sus instalaciones no han logrado completar un año a pleno rendimiento hasta 2022. Uno de los retos que el Ayuntamiento y, en concreto, la Concejalía de Cultura, Turismo y Fiestas, se marcó al principio del mandato fue la puesta en marcha de este espacio de 3.900 metros cuadrados, ubicado en el número 32 de la avenida de Valladolid.
Un objetivo que ya da por logrado después de que durante el año pasado pasasen por estas instalaciones 65.130 usuarios, unos 178 diarios, que han convertido al Lecrác en un centro cultural lleno de vida todos los días de la semana.
Solo durante 2022, este centro cultural albergó más de un centenar de actividades, 112 para ser exactos. Cursos, talleres, conferencias, espectáculos infantiles, teatro, presentación de libros, exposiciones y reuniones de diferentes colectivos, tanto de la ciudad como de la provincia e incluso de Castilla y León, que congregaron a 4.913 personas.
El Lecrác recibe 178 visitantes al día - Foto: Sara MuniosgurenEn este camino de casi cuatro años han sido dos los hitos destacados: el arreglo de las graves deficiencias del edificio y la apertura de la gran biblioteca para la zona sur de la ciudad. Sin embargo, el primer paso, el que puso en marcha los cambios que hoy permiten disfrutar de estas instalaciones a más de 65.000 personas, se dio cuando la concejala Laura Lombraña decidió trasladar el servicio íntegro de Cultura, Fiestas y Turismo -personal y medios incluidos- al Lecrác.
El panorama que se encontraron aquel primer día ya había sido descrito en las páginas de este periódico en multitud de ocasiones: goteras, techos podridos por la humedad, errores de diseño, cubos cada vez que llovía en Palencia...
El Ministerio de Vivienda y el Ayuntamiento de la capital financiaron los casi 10 millones de euros que costó la rehabilitación de la antigua prisión provincial para su conversión en centro cultural entre los años 2008 y 2011.
El Lecrác recibe 178 visitantes al día - Foto: Sara MuniosgurenEl diseño del proyecto fue obra de Ángel Sevillano Martín, José María Tabuyo Rodríguez y Eduardo Delgado Orusco, del estudio madrileño ST+D Arquitectos, los ganadores del concurso de ideas.
La empresa que el Ministerio de Vivienda eligió para efectuar las obras fue Constructora Pirenaica, más conocida como Copisa. El Gobierno fue el encargado de supervisar la obra, dejando a un lado a los técnicos del Ayuntamiento, que advirtieron desde el principio de que la solución elegida para las cubiertas no era la adecuada para un clima como el de Palencia. Nadie les hizo caso.
La recepción de la obra tuvo lugar el 2 de diciembre de 2011, después de las elecciones que hicieron alcalde a Alfonso Polanco por primera vez. Se hizo por registro pero el Ayuntamiento no firmó el acta tras denunciar deficiencias, lo que retrasó la apertura de las instalaciones al público hasta el 1 de julio de 2014.
El Lecrác recibe 178 visitantes al día - Foto: Sara MuniosgurenEl principal problema del Lecrác era que sus cubiertas estaban construidas con láminas de policloruro de vinilo (PVC) que no están lastradas y, por lo tanto, no disponía de un sistema de impermeabilización.
Además, estaban mal ejecutadas, lo que hacía que se acumulase el agua cada vez que llovía, ya que no llegaba a los desagües. Cada vez que aparecía un agujero en la lámina, el agua se extendía por toda la cubierta y acababa saliendo una gotera por el lado menos esperado, rompiendo la escayola. A todo esto hay que sumar que nadie pensó cómo había que acceder a las cubiertas o a los techos.
Las tripas del Lecrác no estaban mejor, con un incorrecto diseño de las instalaciones, completamente cerrado, por lo que los sistemas de climatización y extracción de aire son un quebradero de cabeza porque no se puede desmontar el techo. A eso hay que sumar que el cristal del que está recubierto produce un efecto invernadero, lo que hace que en algunas estancias haga mucho calor y en otras un frío que congela.
El Lecrác recibe 178 visitantes al día - Foto: Sara MuniosgurenEsos problemas se arrastraron hasta marzo de 2021. La empresa gallega Proyecon se encargó de mejorar la estanqueidad, seguridad y accesibilidad de las cubiertas con una inversión de 379.800 euros a cargo de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a petición del Ayuntamiento.
Se convirtieron en inclinadas todas las cubiertas planas, de forma que ya no se acumula el agua. También se garantizó el acceso a todos los tejados y se instaló una red de escalas, plataformas y líneas de vida que permiten el acceso a las cubiertas para poder llevar a cabo su mantenimiento.
Además, fueron necesarios otros 6.000 euros a mayores para solventar algunos imprevistos surgidos en el transcurso de las obras, como el arreglo de las escayolas dañadas, y que corrieron por cuenta del Consistorio. Después de casi 10 años desde su finalización, el Lecrác por fin pudo decir adiós a las goteras, a tener que llenar el suelo de cubos cada vez que llovía y, lo más importante, por fin pudo reabrir y utilizar el 100% de sus espacios.
La biblioteca. El siguiente reto que debió afrontar el Ayuntamiento fue el de equipar los muchos y amplios espacios de los que dispone el Lecrác con sus más de 3.900 metros cuadrados. Una tarea en la que trabajó la Concejalía de Cultura capitaneada por Laura Lombraña, que a mediados de noviembre de 2021 inauguró la gran biblioteca para la zona sur de la ciudad, surgida de la unificación de las existentes de los centros sociales de Miguel de Unamuno y Avenida de Madrid, y que desde entonces abre sus puertas en las salas en torno al gran octógono, donde otrora estuvo el Museo de la Policía Nacional.
Hasta allí llevó el Ayuntamiento 36.000 obras, una actuación que supuso una inversión de 74.840 euros financiada por la Junta a través del Fondo de Cooperación Local y que permite contar con una biblioteca que abre de lunes a viernes de 9 a 14 y de 16 a 21 horas, y los sábados, solo por la mañana.
Esta apuesta dio sus primeros resultados el año pasado con un total de 19.454 préstamos y 60.227 visitantes. A lo largo de 2022, se realizaron 258 carnés nuevos, un centenar más que los realizados en los CEAS de Miguel de Unamuno y Avenida de Madrid antes de la pandemia.
Así las cosas, la mejora en la prestación del servicio de bibliotecas ha derivado en un notable aumento de visitantes que, en estos últimos 4 años se ha incrementado en un 37%, pasando de 43.674 visitas en el 2019 a las 60.227 antes citadas. Esto ha deparado también un incremento de los préstamos, de 16.958 a 19.454, casi un 15% más. En 2021, aún bajo los efectos de la pandemia, el número de visitantes no superó los 32.768, con un total de 15.155 préstamos.
salas de estudio. La biblioteca consta de varias salas conectadas a un gran recibidor. Hay espacio para la lectura, una colorida sala infantil donde se realizan talleres de animación a la lectura para los más pequeños, hemeroteca, puestos con ordenadores para navegar por internet, y dos salas para jóvenes y adultos, donde pueden consultar libros y en los que se desarrollan talleres de lectura y visitas de grupos; así como una tercera, a la entrada del Lecrác, para que los estudiantes puedan reunirse y realizar trabajos en equipo sin molestar a quienes están estudiando.
Y es que, precisamente, otro de los motivos por los que el Lecrác tiene por fin el pulso vital de una infraestructura sana es la ampliación del número de salas de estudio.
En la actualidad, hay tres que ofrecen un total de 190 plazas, aunque también se pone a disposición de los estudiantes otras dos salas de lectura. Así, el centro cultural Lecrác acoge estos nuevos espacios que favorecen el estudio durante los siete días de la semana.
La guinda a todas estas mejoras se puso a principios de este mes, con la señalización integral de todo el centro cultural, lo que ha necesitado una inversión de 17.980 euros que ha financiado la Junta de Castilla y León a través del Fondo de Cooperación Local.