La Real Cofradía de la Vera Cruz de la capital ha llevado a cabo sendas actividades solidarias y de concienciación ciudadana a través de los valores cristianos con una gran respuesta y compromiso de numerosas personas. En la primera de ellas, que sigue en marcha, en el Belén instalado en su sede social y en un negocio autónomo de Venta de Baños, ha vendido hasta el momento 200 Pinochos Solidarios, un juguete didáctico de madera cuyos beneficios de más de 1.000 euros se han destinado íntegramente a la compra de juguetes didácticos. El objetivo es que, con los Reyes Magos, se centren esfuerzos en aportar esperanza y alegría a los niños de algunas familias que lo perdieron todo con motivo de la DANA en Valencia.

A esta recaudación se han sumado unos pocos pero generosos donativos de miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía, quienes han mostrado un plausible espíritu de solidaridad. Gracias a este esfuerzo conjunto, se llevará también un poco de ilusión a medio centenar de niños de la guardería infantil de Picanya, gestionada por las Auxiliares Parroquiales religiosas que cuidan la catedral de Palencia. Y, especialmente, se verán compensados 34 niños y niñas de esta localidad valenciana, cuyas familias, arruinadas económica y emocionalmente, han solicitado este tipo de apoyo a través de Cáritas de la parroquia de Señora de Monserrat, a la que pertenecen, la cual también quedó destrozada por la riada.

Con anterioridad, en los momentos iniciales de la catástrofe, la cofradía envió, con cargo al presupuesto del apartado de Caridad, material de limpieza, desescombro y de higiene personal para apoyar a ciudadanos damnificados por la DANA.

Con los niños de la DANA y encuentro interreligiosoPara llegar a conocer esta realidad, han colaborado con la cofradía palentina las también cruceras de Torrent, Benetússer, Utiel, Cheste y Requena, hasta llegar a un equipo de trabajadoras sociales y psicólogos de Cáritas de Valencia, con quienes se concretó el tipo de material lúdico que se ha enviado. Principalmente, juguetes adaptados a cada perfil de edad de 0 a 11 años que, además de entretenidos, contribuirán al bienestar emocional, desarrollo y recuperación de esos niños.

El coordinador de esta acción solidaria, José María Pérez Nieto, responsable de la sección de Caridad de la Real Vera Cruz, insistió en que «con esta iniciativa, reforzamos el compromiso de nuestra cofradía con los valores de caridad y ayuda al prójimo. Juntos, voluntarios cofrades y palentinos altruistas protagonistas de la campaña Pinocho Solidario, marcamos la diferencia en la vida de quienes más lo necesitan». Por su parte, Antonio Triana, hermano mayor de la penitencial y sacramental, manifestó sentirse orgulloso y agradecido por la colaboración ciudadana. «Es inspirador ver como en situaciones difíciles el apoyo mutuo pueden con cualquier desafío», concretó.

INTERCAMBIO RELIGIOSO. Además, la Cofradía de la Vera Cruz, en su compromiso con los valores cristianos, solidarios y de fraternidad llevó  a cabo recientemente el I Encuentro interrreligioso cristiano-mulsulmán Un Día para la Esperanza, con un grupo de refugiados y migrantes subsaharianos, y un segundo encuentro con personas sin hogar, en su tradicional Belén instalado en la sede de la hermandad en la calle Vera Cruz de la capital. 

Las jornadas de convivencia, promovidas por la Sección de Caridad de la cofradía, concluyeron un ambiente interreligioso cristiano-musulmán y cultural de esperanza. El Belén, que incluye personajes símbolos de integración y diversidad, como el escenario perfecto para promover hospitalidad a miembros de la comunidad Ayuda Humanitaria, gestionada por los Hermanos de San Juan de Dios, que desde el pasado mes de agosto son vecinos temporales de la ciudad, así como a las personas sin hogar albergadas en la Casa Nuestra Señora del Otero, dependiente de Cáritas diocesana.

En estos encuentros hospitalarios, los asistentes disfrutaron de la visita guiada al Belén, animada por sus creadores artesanos de la cofradía, destacando los elementos que simbolizan la acogida y la multiculturalidad. Los visitantes expresaron en animado diálogo sus experiencias de vida y esperanzas, ofrecidas al Dios de todos en francés, inglés, árabe, bambara y español,  en el fuego de los deseos. Al ritual se incorporaron poemas y canciones tradicionales africanos y villancicos españoles, interpretados por los participantes, que también degustaron productos típicos navideños de la localidad. 

El hermano mayor de la cofradía, Antonio Triana, expresó: «Queremos que nuestro Belén sea más que una representación del Nacimiento; queremos que sea un espacio de encuentro y solidaridad. Hoy más que nunca deseamos abrir nuestros corazones y extender nuestra manos a quienes más lo necesitan». Al ser los visitantes practicantes de la religión islámica en su mayoría, Antonio Triana señaló que «cristianos y musulmanes tenemos mucho que compartir y en nuestra cofradía ponemos todo el empeño en favor de la convivencia, la tolerancia, la interculturalidad y paz».