Raúl Infante, más concoido en el mundo del rap como Fayar 7760, presenta a finales de este mes su último disco Aktivísimo. Con un estilo único y muy personal, ha logrado conectar con su público a tráves de letras que reflejan sus vivencias y sus luchas cotidianas.
¿Cómo define su estilo musical y qué le inspiró para adentrarse en el mundo de la música?
Mi estilo musical es, dentro del rap, un estilo bastante personal. No hablo de un tema específico, sino de mis vivencias, mis problemas y lo que me afecta en la vida diaria. Es una especie de punto de escape, un canal para expresar lo que siento en ciertos momentos. Comencé a escuchar este estilo de música en una etapa temprana de mi vida, cuando un amigo me lo enseñó. Me identifiqué con lo que escuchaba, y al darme cuenta de que no estaba solo con esos pensamientos, me empezó a gustar más y ahí fue cuando me adentré en el mundo del rap.
«La música debe de transmitir lo que sientes o vives» - Foto: Fernando Infante¿Cómo ha evolucionado desde sus primeras canciones hasta ahora?
Ha cambiado muchísimo. Cuando empecé, no sabía cómo seguir una base, es decir, no entendía cómo funcionaba la música de fondo. Entonces, lo que hacía era escribir a capela, simplemente recitaba lo que sentía, sin preocuparme mucho por el ritmo. Publicaba mis temas en Instagram de esa manera. Ahora, la cosa ha cambiado. Grabo en un estudio, busco mis bases y me esfuerzo más en la producción. En general, cuando te apasiona algo y te dedicas, vas mejorando con el tiempo.
¿Cómo es su proceso de composición de nuevas canciones?
«La música debe de transmitir lo que sientes o vives» - Foto: Fernando InfanteDepende mucho de la canción y del momento. Si estoy con amigos lo que más me gusta es juntarnos todos, poner la base, y empezar a escribir todos juntos, con ideas comunes. Pero si escribo solo, lo hago más por impulso. No siempre planeo las canciones, aunque trato de escribir a diario. Es algo natural para mí y me sale sin pensar. Si surge una idea, me pongo a escribir y a veces ya tengo la base o busco una que encaje con lo que quiero decir.
¿Cómo compagina su vida personal con su carrera musical?
La verdad es que es complicado. Nosotros, los que estamos en este mundo de la música, no somos figuras muy reconocidas y la mayoría tenemos que compaginarlo con otros trabajos. A veces tenemos conciertos o grabaciones y al día siguiente tenemos que madrugar para ir a trabajar. Es difícil, pero al final, si realmente te apasiona lo que haces, encuentras la manera de compaginar todo y si lo haces bien, esa dedicación y esfuerzo se nota.
¿Hay alguna canción que le haya marcado especialmente, ya sea del nuevo disco o de sus trabajos en maquetas anteriores?
Para mí, cada canción es una representación de una época. Hay varias que me han marcado. Por ejemplo, cuando empecé a escribir y subí mis primeros temas a YouTube, uno que se llama El Pecho Quema fue muy especial para mí, fue el primer videoclip que hice un poco más serio. Ahora, en mi nuevo disco, tengo un tema llamado Objetos Perdidos que tiene un valor muy especial, porque refleja un momento importante para mí. También, de la maqueta anterior al disco, el tema Séptimo B tiene un significado muy personal.
¿Qué nos puede adelantar sobre el nuevo disco? ¿Qué podemos esperar de él?
Este nuevo disco, que se llama Aktivísimo, es una recopilación de temas que representan muchos estilos. Hay canciones más puramente rap, pero también otras que se desvían de ese sonido, explorando nuevos ritmos. Lo que intento con este disco es expresar lo que me pide el cuerpo en cada momento, sin ceñirme a un solo estilo. Además, tengo varias colaboraciones con artistas locales de Palencia, gente con la que comparto mucha afinidad y respeto. Entre ellos, en exclusiva, van a estar Hodgkin, Amielo 726 y M. Ortiz.
¿Por qué decidió llamar así a su disco, Aktivísimo?
El título tiene que ver con la actividad constante, con el hecho de que estamos siempre en movimiento, buscando oportunidades, grabando o actuando y todo eso mientras compaginamos nuestras vidas cotidianas. La vidad de cualquier persona normal con la de un artista.De hecho, el nombre tiene esa pequeña exageración de la palabra activo, porque es lo que somos. Nos mantenemos al cien por cien, haciendo todo a la vez, con ese esfuerzo por sacar adelante nuestra música.
¿En qué se diferencia este disco de trabajos anteriores?
La diferencia principal está en la calidad del sonido. Este disco lo grabamos en un estudio profesional en Valladolid, The Panic Room, y el sonido es mucho más pulido que en trabajos anteriores, donde grabábamos en estudios más pequeños o con menos recursos. También hay un cambio en la forma de hacer las cosas, ahora todo está más centrado y serio. El enfoque es diferente, ya no es solo grabar por grabar, sino que me propuse hacer un disco con un propósito claro.
¿Qué mensaje central muestra en su nuevo trabajo?
No hay un solo tema principal, pero si tuviera que ponerle un mensaje sería el de la vida de una persona normal, con todo lo que eso implica. Hablo de la importancia de la familia, de los amigos, de apoyarnos entre nosotros en un mundo lleno de dificultades. En mi caso, siempre he sido alguien que valora mucho esos lazos y creo que al final lo que importa es ser buena gente, porque el mundo está lleno de personas que no lo son.
¿Qué espera que el público se lleve al escuchar este disco?
Espero que se lleven un pedazo de mi vida y de lo que soy. A través de las canciones, quiero que la gente pueda sentirse identificada con mis historias y que vean que hay más gente que pasa por lo mismo, que aunque no todos seamos artistas conocidos, todos tenemos nuestras luchas. Al final, es un disco hecho desde la honestidad y me gustaría que la gente lo sintiera así.
¿Cómo elige con quién trabajar a la hora de hacer colaboraciones?
Pues la verdad es que lo elijo un poco por las vibraciones. Como diría mi amigo Hodgkin, lo que te transmite esa persona y lo que ves en ella. Si me llega una sensación rara o algo que no me convence, no grabo con esa persona. Al final, la música tiene que fluir de manera natural.
Cuando llegas a un punto en tu carrera, te das cuenta de que a veces las colaboraciones se hacen más por firmas o compromisos, más por obligación que por lo que realmente sientes. Pero yo trabajo desde el corazón y siempre busco personas que me transmitan algo bueno, que no tengan malas vibraciones, y que, aunque no sean los mejores del mundo, sean buena gente. Al final, me da igual el estilo musical o el nivel de habilidad, lo importante es cómo se porta la gente conmigo.
¿Tiene alguna anécdota divertida o interesante del proceso de grabación del disco?
¡Un montón!. Cuento una que me hace reír mucho. Un día fuimos a grabar unas canciones, no me acuerdo ni de cuál en concreto, pero la anécdota es de lo más curioso. Fuimos a comprar al estanco y a un amigo con el que grababa ese día no le cobraron lo que compró. ¡De hecho, le devolvieron más dinero del que pagó! Mi amigo le dijo al chico del estanco que había un error, pero el tipo insistió en que todo estaba correcto y que se quedase con el dinero. Finalmente, nos fuimos con el dinero, claro, porque él no quería tomarlo de vuelta. Eso nos dejó muy sorprendidos.
Otra anécdota graciosa es de un tema del disco. Fuimos a Oviedo a pasar un fin de semana y hablé con un chico que había conocido en un evento en Gijón. Él me dijo, «vente a Oviedo, te recojo y grabamos». Pues ese chico estaba con su novia celebrando su aniversario, pero dejó todo y se vino un día antes del aniversario para grabar con nosotros. Al final, grabamos la canción y está en el disco.
Este álbum, ¿tiene alguna relación con lo que ocurre en la sociedad actualmente?
Sí, en parte. Hay temas, como Slow Death, que tocan más el tema social. En los demás, hablo desde la perspectiva de una persona normal de barrio y de gente trabajadora que aporta su visión. No todo el disco habla de eso, pero sí doy mi opinión sobre ciertos temas. Al final, quiero que la gente se sienta identificada si lo escucha y lo comparta. Eso es lo importante, que la canción conecte.
¿Cuál es la mayor locura que ha hecho por la música?
Yo trabajo de carnicero, de lunes a sábado. El jueves y el viernes trabajo partido, es decir, trabajo de mañana y de tarde. Un viernes, después de trabajar, me salió un concierto en Ponferrada. Terminé mi turno a las 19,30 horas y salí una hora antes para poder ir al concierto. Llegamos a Ponferrada sobre las 10 de la noche, esperamos hasta las 12, cantamos y terminamos alrededor de la 1,30 de la mañana.
De ahí, volvimos a Palencia. Llegamos a las 4 de la mañana. Yo, cansadísimo, me dormí una hora y me fui a trabajar el sábado. Después de trabajar el sábado, fui a comer y un amigo de Valladolid nos recogió para llevarnos a Torrelavega a unas batallas de gallos. ¡Ahí estuve, en la batalla, haciendo todo eso sin parar!. El que algo quiere algo le cuesta.
¿Alguna oportunidad que le haya ofrecido la música que no habría tenido de otra manera?
La música me ha permitido conocer a mucha gente que admiro desde siempre. En Palencia, por ejemplo, he podido conocer a gente que rapea con los que me he criado escuchándolos y ahora tengo la suerte de colaborar con ellos. Además, he estado en eventos importantes, como las batallas de canciones en Madrid, que son grandes dentro de la escena. En esos eventos conocí a gente como Korpe y Mxndxz, artistas que respeto mucho.
A veces esas oportunidades no son grandes contratos o discos de oro, pero son momentos que me han enriquecido. Gracias a la música, he podido conocer a gente de diferentes ciudades y países, y esas conexiones son lo que realmente hace que todo valga la pena continuar. También he tenido la suerte de compartir proyectos con amigos como L. Nazario en Torrelavega y he hecho cosas que nunca hubiera imaginado.
¿Con qué artistas de Palencia ha hecho alguna colaboración?
En Palencia hay varios. Hodking es uno de los más conocidos. También están Kheis, Isma Pérez, Guille. Kpi, Rastu o Amielo 726, entre otros. Son gente con la que tengo buena relación y que, al final, son parte de esta escena. Son artistas que respetas, no solo por su música y lo que son en el escenario, sino también por cómo son como personas.
¿Qué artistas o grupos le han influido cuando empezó? ¿Qué artistas le inspiran ahora?
Mi primer contacto con el rap fue a través de Día Sexto. Él tocaba temas muy sociales desde una perspectiva crítica, y en esa etapa de mi vida, cuando tenía unos ocho o nueve años, su música resonó mucho conmigo. Mi familia estaba atravesando momentos difíciles y escuchaba cosas que realmente veía en mi entorno. Más adelante, mi rap empezó a ser más personal, más sobre lo que uno vive o piensa. Ahora escucho mucho a Alsafir, también a Kase. O, Natos y Waor, Arce, Denom... Son artistas que me han influenciado mucho como artista.
El rap que hago ahora está muy marcado por lo personal, pero siempre desde una perspectiva de lo que se vive o se siente en el día a día.
¿Con qué artista le gustaría colaborar en el futuro, tanto dentro como fuera del rap?
Dentro del rap, uno de mis sueños sería colaborar con Denom. Es un tío que admiro y he escuchado mucho, y aunque parece algo difícil, sé que no es imposible. Conozco a gente que ha trabajado con él o que ha tenido trato, y al final, como en este mundo todo es de contactos, quién sabe.
En cuanto a algo más cercano, me gustaría colaborar con El Reghosg, un chaval de Ponferrada. Ya hemos hablado varias veces sobre una colaboración, pero entre nuestras agendas tan apretadas aún no hemos podido cerrar nada. Ojalá pronto podamos hacerlo, porque es un crack.
En sus letras suele tratar temas sociales o personales. ¿Qué importancia tiene que su música contenga un mensaje?
Para mí, lo más importante en la música es el mensaje. Entiendo que haya música que no necesite un mensaje profundo, como puede ser la música de fiesta, pero a la hora de escribir lo mío, busco que las canciones digan algo que haga pensar a la gente. Que te lleguen, que te hagan reflexionar que te identifiques con lo que estoy diciendo. Lo peor para mí sería hacer una canción vacía, sin mensaje, que no aporte nada. La música debe ser una forma de expresión de transmitir lo que sientes o lo que vives. Es lo que me motiva a seguir escribiendo.
¿Qué consejos le daría a alguien que quiere empezar en el mundo del rap?
Lo primero, que le eche ganas. El rap es un mundo que ahora tiene mucha más competencia que cuando yo empecé. Aún así, no hay que hacerlo pensando en llegar a algo grande. El rap no es solo una forma de ganar dinero o fama, es una forma de expresarse. Si alguien quiere empezar, que se plantee si realmente le gusta lo que está escribiendo, si lo hace porque lo siente. Yo empecé por el simple hecho de escribir lo que pensaba, lo que sentía. En Palencia, en mis inicios, no había tanta gente haciendo rap, pero poco a poco fui viendo que había un montón de chavales con el mismo interés. Así que lo más importante es tener claro por qué lo haces y seguir con ello.
¿Cómo ve el panorama del rap en Palencia y qué cree que falta para seguir creciendo?
La verdad es que lo veo bien, hay mucha gente joven que está rapeando, y también los que llevan tiempo haciéndolo. Los más veteranos como los que te he comentado, siguen sacando música, aunque en otros casos, por ejemplo, algunos de los artistas más conocidos aquí en Palencia han ido desapareciendo o tomando un paso atrás. Sin embargo, la nueva generación está ahí, con mucha energía.
El problema, como siempre, es que en Palencia no se dan tantas facilidades para montar este tipo de eventos. A pesar de que se han organizado algunos muy buenos, como los que se han hecho en Venta de Baños, en La Ratonera. Los bares no se prestan mucho a esto y, muchas veces, los que lo organizamos lo hacemos sin cobrar o con mil dificultades. El ayuntamiento y los locales tampoco son tan receptivos a la música urbana, quizá porque no es el tipo de música que suelen escuchar. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, hay ganas de seguir adelante.
¿Cómo ha evolucionado el rap en Palencia desde que comenzó?
Ha cambiado bastante. Cuando yo empecé, había más gente involucrada, más artistas que estaban haciendo música. Ahora, por desgracia, algunos de esos ya no están activos, como Álvaro Costa, que hacía música muy buena pero ya no está sacando nada. Sin embargo, ha aparecido una nueva ola de chavales como Escudero, Bauti y Asi, que están sacando temas muy buenos y le dan vida a la escena local. Aunque, como siempre, hay momentos en los que los artistas más establecidos se alejan y otros nuevos entran. Eso es lo bueno del rap, siempre hay un recambio y se da la oportunidad a las nuevas generaciones.
¿Ha sentido que vivir en Palencia le ha puesto más obstáculos?
Sí, claro. Vivir en una ciudad pequeña tiene sus limitaciones. Aquí no hay tantos sitios donde hacer eventos, y cuando intentas organizar algo, te enfrentas a muchas dificultades. Los lugares donde se hacían eventos, como La Cueva, han cerrado. Además, muchas veces, entre los propios artistas, no existe esa misma seriedad para hacer las cosas bien. Si te quedas en Palencia, te resulta muy difícil hacerte ver. Las oportunidades suelen venir de fuera, y es ahí donde tienes que hacer el esfuerzo para que te escuchen.
¿Qué metas tiene para el futuro? ¿Qué proyectos tiene en mente?
Una de mis metas más cercanas es terminar mi disco. Tengo una canción pendiente de grabar con una persona con la que no consigo encontrar el momento, pero espero cerrarlo pronto. Además de eso, tengo un par de proyectos más en los que estoy trabajando, algunos de los cuales son un poco diferentes al rap, más orientados a otros estilos. Pero lo que más quiero es que todo lo que haga tenga un buen acabado. No quiero sacar las canciones de cualquier manera, quiero trabajar bien los videoclips y los temas, darles un toque más serio. Mi idea es cuidar mucho el contenido, no solo lanzarlo por lanzarlo.