«Mi nombre es Abdalá. Voy a poner bomba hoy en Palencia»

Carlos H. Sanz
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Dos mensajes amenazantes en un grupo de ofertas de trabajo de Telegram movilizan a las fuerzas de seguridad

«Mi nombre es Abdalá. Voy a poner bomba hoy en Palencia» - Foto: Sara Muniosguren

La capital vivió un episodio de alarma el pasado sábado tras difundirse a través de la red social Telegram, concretamente en un grupo de ofertas de trabajo, dos supuestas amenazas. La primera fue un mensaje de texto enviado a las 16,18 horas que decía: «Hola a todos. Mi nombre es Erik. Informo que voy a poner una bomba en la iglesia de Palencia en nombre de Allah. Para que lo sepáis si estáis por allí. Alahu Akbar», una expresión árabe que significa «Dios es el más grande» y que suele ser utilizada por creyentes musulmanes en contextos religiosos o culturales aunque su uso en amenazas es una tergiversación de su significado religioso original. 

El mensaje incluía un nombre completo, que se omite aquí por precaución, ya que podría tratarse de una suplantación de identidad y referirse a una persona que nada tenga que ver con estas amenazas.

La segunda alerta consistió en un archivo de audio enviado a las 16,28 horas en el que se escuchaba el siguiente mensaje: «Mi nombre es Abdalá. Voy a poner bomba a lo largo del día de hoy en Palencia en nombre Alá para todos infieles Allahu Akbar». Además de estas comunicaciones, el autor también publicó diversas fotos obscenas. Todo este contenido ha sido eliminado.

«Mi nombre es Abdalá. Voy a poner bomba hoy en Palencia»«Mi nombre es Abdalá. Voy a poner bomba hoy en Palencia»Tras seR alertados por un miembro de ese grupo de Telegram y ante el actual nivel 4 del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista en España, la Policía Nacional y la Guardia Civil desplegaron rápidamente sus equipos para abordar la situación. Así, tras tener conocimiento de la amenaza, se activaron las labores de investigación y prevención en las iglesias de la ciudad con el objetivo de evitar cualquier riesgo para la población y proceder a la identificación de la persona responsable de la publicación de estas comunicaciones.

A pesar de la alarma inicial, la situación no tuvo consecuencias ni derivó en incidentes, según informó ayer la Subdelegación del Gobierno. La Diócesis recibió con sorpresa la noticia, porque, al menos hasta la mañana de ayer, no fue informada por ninguna autoridad sobre la amenaza, según confirmaron a este periódico fuentes eclesiásticas.

Al cierre de esta edición no se había identificado al autor de estos hechos y se continúa con la investigación con el fin de esclarecer la autoría, algo que no será sencillo porque Telegram suele negarse a proporcionar información relacionada con la identificación de sus usuarios.