«Un vez más, la justicia quita la razón a quienes argumentan que los movimientos sociales como la Plataforma de Defensa del Arbolado y otros análogos son un obstáculo al progreso y la modernización de la ciudad, y hemos de decirles que es impensable, en tiempos de crisis climática como los que vivimos, una ciudad que no respete el arbolado y el medio natural como parte inseparable de la calidad de vida y la salud de las personas», aseguró ayer la Plataforma de Defensa del Arbolado, tras ganar una demanda al Ayuntamiento contra el proyecto denominado Regeneración de la vegetación ribereña en el río Carrión entre Puentecillas y el puente de la Isla Dos Aguas, el cual estaba valorado en 203.685,33 euros y que tenía previsto ejecutar la Diputación a través de la empresa pública Tragsa.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, a través de una sentencia a la que ha tenido acceso Diario Palentino y que puede ser recurrida en apelación ante el TSJCyL, estima la demanda del colectivo atendiendo a la falta de la preceptiva autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero para llevar a cabo el citado proyecto. También indica la resolución judicial que cuando el Ayuntamiento aprobó el proyecto mediante el acuerdo de la Junta de Gobierno Local, el 26 de noviembre de 2021, «ni siquiera se mencionaba que el proyecto debía someterse a autorización previa por parte de la CHD antes de acometerse las obras, sino que se decía directamente que, tras quedar aprobado el proyecto, se notificaría a la Diputación para su ejecución», apunta.
Desde la Plataforma en Defensa del Arbolado pide que no se recurra la sentencia y que «no se dilapiden más fondos públicos que salen de los bolsillos de los ciudadanos». «Gastar el dinero público en talar y pavimentar con cemento el medio natural, haciendo desaparecer o poniendo en peligro la existencia de los seres vivos que lo habitan, es entender el progreso de forma anticuada e impropia de sociedades avanzadas. Nuestro objetivo como Plataforma es ayudar a cambiar el rancio paradigma que aboga por destruir el medio natural», subrayan. Dicho proyecto, tal y como desveló este periódico en noviembre del año 2021, proponía «una actuación de baja intensidad» donde únicamente se talarían «aquellos árboles que por su estado sanitario/estructural puedan suponer un riesgo para los usuarios o para la vegetación próxima».
Además, incluía trabajos selvícolas de mantenimiento (podas, desbroces selectivos y saneos de la vegetación) y la plantación de nuevos ejemplares, aprovechando la coyuntura para integrar especies de mayor valor ecológico y propias de la ribera del Carrión.
Una declaración de intenciones que se traduce en la tala de 64 ejemplares, «menos del 17% de los árboles presentes», según el informe; el desbroce de 10.718 metros cuadrados en una orilla y otra del río, y la poda de árboles, de modo que en ejemplares de hasta un metro se realizarían realces y para los de mayor tamaño se podarían hasta un tercio de la altura total del árbol. Además, se pretendía realizar el saneamiento de 71 árboles que presentaban alguna parte seca en su ramaje.
Para la Plataforma en Defensa del Arbolado esta actuación suponía «la eliminación de la vegetación de este ecosistema de ribera con el objetivo ulterior de colocar una escollera de hormigón y un paseo al borde del río sobre el ya existente», según explicaron Sonia Ordóñez -edil de Ganemos-, el artista Abbé Nozal y el exparlamentario socialista, Juan Ramón Lagunilla, que ejercieron de portavoces.