El Matagigantes de la categoría está de vuelta. Más bien, nunca se fue. El Becerril tumbó a la Arandina, que ansiaba asaltar el liderato en el Mariano Haro y acabó volviéndose de vacío, echando más leña al fuego de la crisis institucional que atraviesa el club burgalés. Corren revueltas las aguas en el seno de la Arandina, que esta tarde tuvo que jugar con la segunda equipación del Becerril (gracias al favor del club terracampino) tras viajar sin indumentaria visitante.
Francis Olea no cambió lo que le está funcionando esta temporada. Salió con su 5-4-1 habitual, con un salvador Sevi bajo palos, Amado y Bonalde en los carriles, Arranz, Diego y el chaval Mark (que dejó muy buenas sensaciones) en el centro de la zaga, Simal, Pablo, Isma y Conde por delante y Mikel arriba.
Enfrente, una Arandina un tanto irreconocible, capitaneada por un viejo conocido del Palencia Cristo Atlético, David Sanz, la brújula que no pudo guiar esta tarde a su equipo a la victoria.
Fue la Arandina quien se acercó primero a las inmediaciones de la portería rival a través del balón parado, con dos córners peligrosos. Contestaba el Becerril con un balón al área de Amado que no lograba despejar un defensor, cayéndole el esférico a Pablo, que, sin esperárselo, remató como pudo, obligando a Izan a salvar a bocajarro. Los terracampinos avisaban también desde el saque de esquina. Izan tenía que meter el guante para evitar otra ocasión.
El partido entraba entonces en una fase mucho más estática, con un juego muy parado. No ayudaban las constantes interrupciones para darle continuidad al compromiso. La Arandina parecía querer el balón, pero lo cierto es que no había ni dominador ni poseedor del esférico claro.
Y fue durante esos instantes cuando llegó el gol del Becerril, a la postre el de la victoria, en una jugada en la que Pablo se internó en el área, disparando a puerta un balón que primero tocó en un defensor, se fue al palo pero acabó dentro después de empujarla a su propia portería Marr. Él no quería, pero el gol subía igual al marcador. 1-0.
Quiso responder rápido la Arandina para irse al descanso con las tablas en un remate de cabeza de Jorge de Vicente que se fue por poco, pero el electrónico no se movió en los minutos finales.
Sin los errores del pasado el Becerril demostró que es un equipo muy competitivo, al que cuesta hacerle gol y que aprovecha lo que tiene arriba. De hecho estuvo a punto de aumentar la ventaja en un mano a mano de Mikel que acabó salvando Izan sacando el pie.
Después era Sevi el que se ponía el mono de trabajo para salvar el empate. Primero con una doble parada (sobre todo la segunda fue una gran intervención) y más tarde con una grandísima estirada para evitar el gol de Mario Sánchez, que recibió solo dentro del área y trató de definir al primer toque.
Los últimos 20 minutos iban a ser muy largos. La Arandina apretaba, ahora sí monopolizando la posesión, y buscaba con ahínco la portería de Sevi, que volvió a ser providencial en un remate dentro del área.
Empujaba el equipo visitante, ahora por medio de Jorge de Vicente, que en una jugada un tanto embarullada estrellaba el balón contra el palo.
Pero el Becerril acabó resistiendo para llevarse tres puntos importantes ante otro de los gigantes del grupo. Otra víctima cobrada.