El Índice de Precios al Consumo (IPC) mantuvo la tendencia a la baja y se contuvo en el último año pero, aún así, no dejó de incrementarse. Al cierre del ejercicio, según los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia reflejó un aumento del coste de la vida de un 2,7%, la segunda cifra más baja de Castilla y León, solo por debajo de la de Valladolid, con un 2,4%.
Este a priori buen dato -ya que en los primeros tres meses de 2023 el IPC estuvo por encima del 6% de incremento- no alivió los ya de por sí maltrechos bolsillos de los palentinos, dado que los alimentos fueron un 6,8% más caros que un año antes, pese a que en los productos de primera necesidad el IVA siguió suprimido y en otros se redujo en una parte.
El dato que puede considerarse positivo para las economías palentinas fue el del IPC del pasado mes de diciembre, ya que cayó un 0,1%, siendo Palencia la única provincia de la comunidad donde se registró un descenso de los precios con respecto a noviembre.
Palencia registra el segundo IPC más bajo de CyL - Foto: Óscar NavarroPalencia cerró 2023 con una décima menos de repunte del IPC de Castilla y León, que fue del 2,8%, lo que situó a la Comunidad por debajo de la media nacional, cifrada en el 3,1%, según los datos del INE. La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) en el conjunto del país disminuyó siete décimas hasta el 3,8%, mientras que la tasa de variación mensual del IPC general se mantuvo invariable. En la evolución interanual, los mayores aumentos en la autonomía se dieron en los alimentos, ya que se dispararon un 6,8% en el último año, seguidos de los restaurantes y hoteles, con un 6,2%; transporte, con un 3,6%; comunicaciones, con un 3,1%; y bienes y servicios, con un 3%.
Siguieron al alza también el capítulo de sanidad (2,4% más), muebles (2,2%), vestido y calzado (2%), y el ocio y la cultura, con el 0,5%. El único respiro en los precios se dio en la vivienda, el agua, la electricidad, gas y otros, con un descenso del 6,6% anual. Los precios experimentaron una tendencia al alza de manera generalizada en todas las provincias de la comunidad a lo largo del año pasado. El mayor incremento se dio en el caso de Ávila (3,1%); seguido por Burgos, Salamanca, Zamora y Segovia (todas ellas un 3%); Soria ( 2,9%); León (2,8%); y los ya citados en Palencia (2,7%); y Valladolid (2,4%).
Variación mensual. Por lo que se refiere a la variación mensual, los precios se elevaron una décima en diciembre, respecto a noviembre. Por grupos, el comportamiento fue dispar, con un abaratamiento del grupo de vestido y calzado del 1,8%, así como del transporte, que bajó un 1,3%; las bebidas alcohólicas y el tabaco, con una rebaja del 0,6% y las comunicaciones, cuyos precios descendieron una décima. Por el contrario, se encarecieron más los precios en ocio y cultura, un 2,3%; seguidos por los de restaurantes y hoteles, con una subida del 0,7 por ciento. También se elevó el IPC un 0,3% en vivienda, agua, electricidad y gas; un 0,2 % en alimentos y bebidas no alcohólicas; y un 0,1% en sanidad, y en otros bienes y servicios. En el grupo de muebles y artículos de hogar, y en enseñanza, permanecieron estables. Por provincias, en relación al mes de noviembre, el IPC solo descendió en Palencia, una décima, y creció un 0,2% en Burgos, Segovia y Soria; y un 0,1% en Ávila, Valladolid y Zamora. Los precios permanecieron estables en León y Salamanca.
Palencia registra el segundo IPC más bajo de CyL - Foto: Óscar Navarroiva rebajado. De momento, a la espera del comportamiento de la inflación este año, el IVA seguirá siendo cero en productos de primera necesidad y consumo diario como el pan y harinas; leche y quesos; huevos; frutas, verduras. hortalizas y tubérculos; legumbres y cereales, y también se incorpora al aceite, ya que el último año el precio del litro se disparó un 55%. Por su parte, queda rebajado el IVA en la pasta, que se si sitúa en un 5%, mientas en la carne, pescado y conservas permanece en el 10%.
Los comerciantes y clientes de la plaza de Abastos mostraron ayer su preocupación en general por el alza de los costes, en el primer caso del suministro de alimentos para su venta, y la escalada en el precio del producto final que incide en los consumidores en el segundo caso. Consideran que los intermediarios en la cadena alimentaria siguen beneficiándose con un mayor margen del beneficio, mientras que el productor, el vendedor -que ha congelado precios- y el comprador pagan el pato de la inflación.