Los días navideños han supuesto un receso por los altos de Ubierna y ninguna de las máquinas ni trabajadores de la UTE que construye el tramo de la autovía A-73 entre Quintanaortuño y Montorio, camino de Aguilar de Campoo, han estado activos. Sin embargo, la ejecución de este trayecto, de 11,55 kilómetros de largo, ha arrancado a un ritmo muy bueno.
Desde que se iniciaron los primeros trabajos a pie de terreno, allá por octubre, y contando los numerosos días de lluvia que ha registrado este punto de la provincia burgalesa, el avance ha sido notable.
Prueba de ello son los casi 5 kilómetros de traza que se han marcado, y que dan fe del futuro trazado por el que discurrirá esta vía de alta capacidad entre Burgos y Aguilar de Campoo. Desde donde muere la actual autovía -a la altura de Quintanaortuño- el dibujo toma dirección noroeste para salvar el casco urbano de Ubierna.
La A-73 hasta Montorio, con la mitad de trazado ya dibujado - Foto: Miguel Ángel ValdivielsoEn este punto supera un pequeño monte para posteriormente transcurrir por un valle paralelo a la N-627 -aunque a unos 1,6 kilómetros al oeste-. Las primeras tareas que ha desarrollado la unión temporal de empresas formada por FCC Construcción y Construcciones y Obras Llorente está consistiendo en marcar el espacio donde posteriormente se ejecutará la plataforma de circulación.
Ya se ha completado el estaquillado de todo el eje del tramo, así como la implantación de la oficina técnica y las instalaciones en un municipio cercano. Por otro lado, se continúa con el desbroce y el montaje de obras de drenaje transversal de tubos, iniciadas hace ya unas semanas.
lluvias que retardan. La lluvia, que el año pasado prácticamente brilló por su ausencia durante el otoño, en 2023 fue mucho más copiosa. Este hecho ha dificultado los trabajos, factor que sumado a las vacaciones de Navidad que tiene marcado el sector de la construcción, provocan que actualmente la actividad se haya reducido mucho. Sin embargo, desde el Ministerio de Transportes apuntan que la llegada de la primavera supondrá el primer gran 'mordisco' a esta actuación tan demandada por los ciudadanos palentinos y burgaleses con las estructuras que se han proyectado: un viaducto sobre el río Ubierna, tres pasos superiores, ocho inferiores y un ecoducto sobre la traza de la autovía. Se trata de un falso túnel de 145 metros de longitud sobre el que discurre una plataforma de 80 metros de ancho, naturalizada de tal forma con capas de tierra y plantaciones de especies autóctonas que permitirá el paso normal de animales salvajes sobre la autovía entre los estratégicos corredores ecológicos formados por los ríos Ubierna y Úrbel.
La A-73 hasta Montorio, con la mitad de trazado ya dibujado - Foto: Miguel Ángel Valdivielsocaminos paralelos. Será el primer paso de estas características que se ejecute en todo el territorio burgalés. Además, se dispondrán caminos paralelos a su transcurrir para el acceso a las fincas agrícolas colindantes y el mantenimiento de la permeabilidad transversal. Para poder minimizar el impacto ambiental que produce la obra, se ha ajustado el trazado de la autovía hacia la vertiente oeste, minimizado el volumen de material excavado y el de préstamos y vertederos.
El plan inicial del Ministerio de Transportes era ejecutar los 11,55 kilómetros en un plazo de dos años. No obstante, un mes antes de licitarse las obras -el 2 de enero se cumplió un año-, la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla y León Oriental aumentó el plan de los 24 meses inicialmente previstos en el expediente a 36. El cronograma contempla que no se empiece a actuar sobre las estructuras previstas hasta el verano de 2024, una labor que se prolongará hasta apenas dos meses antes de la conclusión de la obra, prevista para agosto del 2026. Durante 2023 se planificó invertir 4,5 millones de los Presupuestos Generales del Estado, una cantidad que aumentará hasta los 37,4 este ejercicio. En 2025 se dará el gran zarpazo a la ejecución con 54 millones y en 2026 serán 30,7. Todo ello contando con la ausencia de imprevistos durante el desarrollo de los trabajos.
La Burgos-Aguilar, una autovía a la que le queda aún mucho tajo para concluir una esperada obra
Aunque la ejecución del tramo entre Quintanaortuño y Montorio, en territorio burgalés, es una gran noticia para la A-73, la autovía que conectará Burgos con la localidad de Aguilar de Campoo tiene en sus espaldas la acumulación de un sinfín de malas noticias que no han hecho sino retrasar su entrada en funcionamiento mucho después de que lo estaba previsto.
Especialmente dolorosa es la situación del último segmento, íntegramente en territorio palentino, y que conectará Báscones de Valdivia con la citada villa de Aguilar.
Las obras proyectadas para este tramo se sacaron en conjunto con las del previo, que nace en Pedrosa de Valdelucio, pero en esta etapa quiebra de una de las firmas de la UTE adjudicataria y la renuncia de la restante sumergió a la infraestructura en un tenebroso horizonte para avanzar los trabajos.
No ha sido hasta hace un año cuando el Ministerio de Transportes se ha puesto definitivamente manos a la obra y ha asignado la actualización del proyecto que esperan como agua de mayo tanto Burgos como Aguilar, en un eje estratégico para las comunicaciones entre Burgos, Palencia y Cantabria. Este debate ahora cómo conectar el trazado con la A-67, la conocida como autovía de la Meseta, en la zona que va de Osorno al municipio cántabro de Torrelavega.
Los otros dos segmentos en cuestión, estos sí en suelo burgalés (Montorio-Santa Cruz del Tozo y Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio) necesitan, tal y como confirmó el Gobierno a este periódico hace unos meses, una actualización completa de su proyecto, que se ha quedado completamente obsoleto desde que se aprobó. Este proceso, una vez iniciado, se demorará, al menos, 24 meses para su aprobación inicial.