El tramo de la calle Mayor Antigua comprendido entre el cruce de la calle Asterio Mañanós y la plaza de San Antolín, unos metros más allá de la intersección con la de Salvino Sierra, se reabrirá al tráfico a lo largo de este mes, según confirmó ayer el concejal de Urbanismo, Álvaro Bilbao. El edil y la alcaldesa, Miriam Andrés, visitaron las obras que ha llevado a cabo la unión temporal de empresas formada por Ocyrepal y Construcciones Hermatinsa y que han supuesto una inversión de 535.267,7 euros, financiados con fondos europeos de la segunda convocatoria del programa de ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones, vinculada al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno en un 80% y por fondos propios del Ayuntamiento.

«Hace seis meses, las aceras eran muy estrechas, la calzada estaba en mal estado y la red de abastecimiento presentaba fugas que impedían que los vecinos tuviesen la presión de agua necesaria», recordó Bilbao, que también incidió en la «mala imagen» que ofrecía esta parte del entorno de la catedral por la presencia de cubos de basura en la vía pública. 

El edil de Urbanismo puso en valor la actuación llevada a cabo. «Seis meses después, este tramo es mucho más amable para el peatón, las aceras se han ensanchado, la calzada está al mismo nivel que las aceras y se ha creado una zona de prioridad peatonal con alcorques y jardineras sin haber renunciado a la gran mayoría de aparcamientos, dada la carencia que existe en la zona», sostuvo. 

Su reapertura al tráfico es cuestión de días, comentó el concejal, ya que «solo quedan cuatro detalles como el desprecinto de los contenedores soterrados, que mejoran la imagen de la plaza de San Antolín y que ya incluyen el quinto recipiente para restos orgánicos, y el pintado vial».

Cabe recordar que además de la reforma de este tramo de la calle de Mayor Antigua, también se actuó en parte de la plaza de Cervantes y que resta por llevar a cabo la creación de un jardín vertical que recubrirá la fachada de la Casa del Pueblo de UGT que da a la calle Panaderas. «De aquí al 11 de agosto se realizará esta obra, que afectará de forma favorable y positiva a la zona, reduciendo la temperatura hasta en cinco grados y mejorará la caldiad del aire con gracias a la plantación de especies vegetales y riego automatizado», especificó Bilbao.

«Esta obra representa el modelo de ciudad de este equipo de Gobierno, la de un espacio mucho más amable para el peatón, con menos coches en las calles y más renaturalizada», finalizó la alcaldesa, Miriam Andrés. 

A la espera de fondos. Este proyecto de regeneración urbana es  el tercero que se lleva a cabo en la calle Mayor Antigua. El resultado es prácticamente idéntico al que ya existe en los tramos iniciales y final de la calle, así como en una parte del entorno de la seo, aunque sin alcorques elevados.

Una vez la zona recupere la normalidad, quedarán dos tramos por reurbanizar de Mayor Antigua. Uno, la plaza del Palacio Episcopal y dos, el tramo entre la plaza de San Antolín y la de San Miguel.  

«No puedo decir cuándo se van a llevar a cabo porque depende de que recibamos fondos externos al ser obras caras, pero sí que los servicios de Urbanismo y Obras van a comenzar a trabajar en una memoria valorada para transformar los entornos del Palacio Episcopal», avanzó Bilbao, para quien esta zona «está un poco desaprovechada y se la puede sacar mayor provecho para de cara al turismo y a que sea más verde y natural». 

Eso sí, «salvo que el Obispado se ponga en contacto con nosotros para ver si urbanísticamente es posible, por ahora está descartada la construcción de un aparcamiento en esta zona». 

«La última parte sería el tramo hasta San Miguel y también elaboraremos una segunda memoria valorada que nos permita presentarnos a ayudas para cofinanciar estas actuaciones», puntualizó Bilbao.