El derbi fue para el equipo más práctico, más eficaz, pero, en contra de lo que pueda creerse, no fue elBecerril, que se amolda a estas características, sino elPalencia CF. Los morados capitalinos, ayer de blanco, dejaron el traje de seda para ponerse el mono de faena y acabaron llevándose el duelo de rivalidad, en un partido, aunque el marcador puede indicar lo contrario, que pudo ganar cualquiera.
La primera parte fue muy igualada. Un partido táctico, sin apenas errores, con mucho centrocampismo, muchos balones divididos y contadas ocasiones de gol. El orden se impuso a la calidad técnica. Ninguno de los dos equipos sorprendió en sus planteamientos. 3-3-3-1 por los locales, 4-2-3-1 por los visitantes. En el Bece, Blanco jugando de cabecero, escoltado por Pablo y el reaparecido Isma, con Conde en la media punta. Cuatro jugadores de buen pie por si alguno sigue pensando que Olea juega muy defensivo por hacerlo con tres centrales.
En los de Jónathan Prado, la baja del talentoso Bruno fue ocupada en la media punta por Vallecillo, que resultó ser decisivo, con Viti y Jorge llevando la manija.
ElPalencia sorprendió en su juego. Parece haber aprendido la lección tras varios varapalos fuera de casa. En esta categoría hay que dejarse el brillo por la eficacia.Jugar bien es ganar. Tocar y tocar el balón sin profundidad puede ser bonito para los ojos, pero nada práctico. Y así lo entendió. Orden en el campo, intensidad en los balones divididos y aprovechar la calidad de sus puntas.
Así que la primera parte pasó sin intervenir en exceso los dos guardametas, salvo una buena acción de Varea, a remate de Míkel, tras un delicioso centro de Isma.
Cuarenta y cinco minutos iniciales muy tácticos y la segunda parte de locura. A los dos minutos de la reanudación, Isma abría el marcador en un libre directo en el que pareció que Varea pudo hacer más. ElBece, llevado por la euforia, pensó que el camino estaba allanado y con el marcador favorable cometió el error de bajar la intensidad, de no ser contundente atrás. ElPalencia hizo caso a lo que su técnico les recordó, echando mano de la estadística: ningún derbi este año lo ganó el que empezó marcando primero. Y se repitió la historia. Decisivo fue marcar el empate dos minutos después. ElBecerril estaba todavía de celebración.
Tocaba a los locales remar de nuevo y tuvieron la opción de ponerse por delante de nuevo en el marcador poco antes de la hora de juego.Un penalti discutido por los capitalinos que se encargaba de lanzar Blanco, estrellando el balón en el palo. Otro poste, en este caso el larguero, evitó dos minutos después que el disparo de Míkel entrase en el portal de Varea. Evidentemente, el partido pudo haber cambiado de haber entrado cualquiera de esos dos balones. Pero en el fútbol no valen las suposiciones.«Y si» juega en el Rayo.
Jónathan Prado tenía en mente relevar a Vallecillo, pero el vallisoletano, como despedida, se encargaba de poner por delante al Palencia CF. Segundo disparo visitante entre los tres palos y segundo gol. No son pocos los que quieren restar méritos al rival indicando aquello de «dos veces que tiran, dos goles que meten». No es demérito, es eficacia.
Con el marcador adverso, Olea varió su dibujo, pasando a una línea de cuatro en defensa, pero ya jugando más con el corazón que con la cabeza. De hecho, el cuadro capitalino pudo marcar la sentencia en un par de contras con Herrera, pero el definitivo 1-3 no llegaba hasta el minuto 86. Vidorreta anotaba en el primer balón que tocaba. Todo le salía bien alPalencia, cuando en otras ocasiones, haciendo más méritos, posiblemente, le salía cruz. Es cuestión de rachas.
Capi era expulsado por doble amarilla, pero ya apenas quedaba tiempo para la machada local, aunque Pablo pusiera a prueba a Varea en el tiempo de prolongación. ElPalencia CF, jugando, en cierta forma, a lo Becerril, se llevó el derbi en su último partido de este año, ya que descansa la próxima semana, la última de liga por este 2024. El equipo de Francis Olea aborda ahora un duro calendario, ante los tres primeros. No cabe otra que volver a sus orígenes: jugar a lo que sabe y domina, no a otras cosas.e otra que volver a sus orígenes: jugar a lo que sabe y domina, no a otras cosas.