Mónica Donis Merino se convierte en la primera mujer en presidir el Palencia Rugby Club en sus 31 años de historia, una vez celebrada la Asamblea General Extraordinaria de la entidad. Su candidatura fue la única que se presentó al proceso de elección a la Presidencia y, aunque no fue necesaria someterla a votación, contó con el respaldo unánime de todos los socios de número que acudieron a la Asamblea.
Donis, que se coloca al frente del club para los próximos cuatro años, estará acompañada por David Calvo Marcos, vicepresidente; Javier García Azcorreta, tesorero; Ginés Toledo Ruiz, secretario y Raquel Simón Macho, vocal. Todos ellos, personas muy vinculadas al club desde hace años en distintas facetas.
El principal objetivo de la candidatura de Mónica Donis es convertir el Palencia Rugby Club en un referente local, provincial y regional de este deporte, tanto por sus méritos y logros deportivos como por la formación en valores de sus jugadores. Donis y su equipo apuestan por un proyecto en el que la filosofía del rugby esté muy presente en la actividad del club. «Nos comprometemos a forjar jugadores no solo en el campo, sino también en la vida, inculcando valores de respeto, trabajo en equipo y perseverancia. Juntos convertiremos nuestra pasión en logros, nuestra dedicación en victorias y nuestra unión en una familia que inspire a todo el mundo», señalaba la nueva presidenta de la entidad capitalina. Por eso, el trabajo en equipo, la resiliencia y la cohesión son los tres pilares de su candidatura.
Donis también quiso agradecer a la anterior Junta Directiva el trabajo desarrollado durante los últimos años a favor del rugby palentino, así como su esfuerzo y sacrificio por traspasar un club económicamente saneado y con una estructura deportiva bien definida.
Carta abierta de Roberto Cantera, presidente saliente del Palencia Rugby Club
«Ayer se cerró una etapa muy importante de mi vida. Una parte que comenzó hace doce años, se materializó hace diez y cobró su máxima expresión hace ocho. Es mucho tiempo y da para escribir, yo creo que al menos una trilogía. Como en toda buena historia, hay de todo, y esto trata de rugby, tiene que ser épico, tiene que ser complejo, tiene que ser intenso, tiene que tener su éxtasis y su agonía, en definitiva, romántico, porque si no es así, no juego. Todavía estoy muy dentro de este bosque y me cuesta ver lo grande que es. Supongo que en muy poco tiempo podré contemplarlo con la suficiente distancia para ser consciente de este viaje. Y es que me consta que "hemos dejado la camiseta más alta, mejor", pero lo no conseguido ahora pesa más. Quiero agradecer a los que me han acompañado, al equipo que hemos sido, a los que me han enseñado que las palabras que en los libros de caballeros que leía cuando era un niño e intentaba darles significado tienen nombres y aún están, milagro, vigentes. Que la lealtad y el sacrificio son norma, que la generosidad lo es todo, que la amabilidad es lo que te hace más fuerte, que el coraje no es rendirse, y que los soñadores lo pueden todo, casi todo. Gracias, infinitas y para siempre, a los que de sobra lo sabéis, porque soy un bocazas siempre, y aún más con mis sentimientos y emociones. El club está en buenas manos y su camiseta va a estar aún más alta».