El Golobar es, sin duda alguna, la montaña más emblemática y en muchos casos desconocida, de la provincia de Palencia. Montaña de carretera, se entiende. Una cima donde entrenaba el legendario y malogrado ciclista aguilarense Alberto Fernández Blanco. Una montaña que puso en el escaparate la desaparecida, recordada y anhelada Vuelta a Palencia.
Esta carretera de montaña se creó como parte de la infraestructura de una estación de esquí que nunca se puso en marcha. Por la orientación de esta montaña, la nieve apenas se acumula y sí en la parte cántabra, y no tenía sentido. Los millones invertidos de las por aquel entonces pesetas se fueron a la basura. Y hasta su hotel (a medio construir) quedó como refugio de ganado y que ahora se convertirá en un albergue. Desde el Ayuntamiento de Brañosera, el primer municipio de España, desde hace décadas, se ha pedido activar esta zona. Y es que, pese a su abandono, sigue siendo un lugar mágico para los amantes de la montaña. No son pocos llegados de todo el país, los que se suben a la cima de El Golobar y que continúan la subida a pie hasta alcanzar Valdecebollas, con sus imponentes vistas.
Como no hay mejor promoción para una montaña que la Vuelta a España, el alcalde de Brañosera, Jesús María Mediavilla, se reunió con el director general Unipublic, empresa organizadora de la ronda, para solicitar un final de etapa en 2024 y así conmemorar el 1.200 aniversario del fuero de Brañosera, que dio pie al municipalismo en España. Guillén mostró interés en la propuesta, pero no parece verlo viable para el próximo año, al estar el recorrido más o menos perfilado, y sí para otros años. «Es una oportunidad única de promocionar esta zona. Unipublic lo viable y le gusta esta meta, pero será difícil para el próximo año. Buscaremos financiación», afirma el alcalde de Brañosera.
El Golobar es un puerto que ya hace años analizó el exciclista Abraham Olano para Unipublic en ese deseo de la Vuelta a España de descubrir nuevas cimas. Cuando la Vuelta a España llegó a Aguilar hace tres años, se planteó que fuese el final de etapa, pero se descartó porque se quiso hacer una etapa llana, como así fue, en la Montaña Palentina, un contrasentido.
Tiene el relativo problema de no tener espacio para acoger la totalidad de la infraestructura de un final de etapa, pero en otras llegadas míticas tampoco hay espacio suficiente y se ha hecho. Podría ubicarse unos kilómetros más abajo, en la Collada de Salcedillo (donde ya ganase Alberto Contador en 2008 en la Vuelta a Castilla y León), pero perdería mucho encanto y especialmente dureza.
Es más, si Unipublic apostase, como ha hecho con otras cimas, por ir más allá y prolongar la ascensión hasta Valdecebollas por caminos de tierra, sería de extrema dureza, pero sería muy complicado. El Golobar, hasta el final de su carretera, tiene 13,6 kilómetros de ascensión desde Barruelo de Santullán. Es a partir de Brañosera cuando adquiere mayor dureza. Salva un desnivel de 750 metros, hasta llegar a los 1.775 metros, con un desnivel medio no excesivamente elevado del 5,5%, pero con muchas rampas que alcanzan el 12%. Su altura y estar expuesto al viento lo hacen mucho más duro. En la Vuelta a Palencia lo adornaban con el ascenso anterior a puertos como El Escudo o Piedrasluengas. Hay terreno para hacer un etapón de alta montaña.