El Teatro Principal de Burgos acogió ayer un acto en homenaje al ganadero burgalés con raíces en Paredes de Nava, Antonio Bañuelos, en reconocimiento a sus tres décadas de trabajo criando toros en el Páramo de Masa. 

«Mirando atrás, lo que produce es vértigo», afirmó el ganadero en declaraciones a Ical. Tanto por las situaciones vividas a lo largo de estos años como por los «momentos mejores y peores». «Una ganadería de bravo, al cambiar los sementales cada año, se producen comportamientos irregulares que no son capaces de prevenirse porque la selección genética de la bravura no es manipulable, y da saltos, como en las familias humanas», recuerda.

El evento fue una total «sorpresa» para el propio homenajeado, dado que hasta el momento de llegar al Principal no supo nada acerca de cómo se desarrollaría esta cita, que contó con el apoyo de instituciones burgalesas como el Ayuntamiento de la ciudad del Arlanzón y la Diputación, entre otros que tampoco quisieron perderse este reconocimiento.