De 'V' a 'P' en tándem

Alberto Moreno
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Adrián Ruiz y Javier García cumplieron el objetivo de viajar desde Valencia a Palencia con una singular bicicleta de los años setenta. El viento provocó que tuviesen que realizar el reto en cuatro intensos días

De 'V' a 'P' en tándem - Foto: JAM Lázaro

Javier García y Adrián Ruiz son dos jóvenes palentinos amantes de su tierra, del ciclismo y la solidaridad. Y por ello, se les ocurrió una curiosa y singular iniciativa: poner la P de Palencia en Valencia, con V. 

Se trataba de recorrer en bicicleta ambas capitales de provincia separadas por una letra y más de 600 kilómetros. Pero no en una bicicleta convencional, sino en un particular tándem de los años setenta. Fue antes, en esta ocasión, el huevo que la gallina. Primero, decidir ir desde la V a la P y luego adquirir esta singular bicicleta. «Nos decidimos por ella a través de internet por la historia que tenía, porque ya hizo un recorrido previo con dos inglesas desde su país a Valencia. Ahora la tenía un alemán. Nos costó 300 euros», recuerda Adrián. «La verdad es que nos sorprendió gratamente su estado. La tenían en un taller y estaba muy bien cuidada».

En su primer día realizaron apenas 60 kilómetros. «Se trataba de adaptarnos a la bicicleta, porque un tándem no tiene nada que ver con una bicicleta normal. Nos fuimos haciendo a ella, aunque ese día acabamos con muchos dolores musculares», manifiesta Adrián. «Yo iba normalmente por delante, pero no por nada especial, sino porque soy más alto y atrás iba más incómodo. El esfuerzo es compartido, no hace más trabajo uno que otro, no se puede dejar de dar pedales», añade Javier.

Fue en el segundo día cuando llegaron los problemas. «Una vez habernos acoplado a la bicicleta, nuestra idea era hacer 160-200 kilómetros, pero no salió un viento de cara muy fuerte y sólo pudimos sumar cien kilómetros. Acabamos un poco desesperados, pero en ningún momento se nos pasó por la cabeza renunciar. Nuestros planes, eso sí, cambiaron, y decidimos hacer el reto en cuatro días, uno más de lo previsto», narra Adrián.

«Es muy difícil manejar esta bicicleta, con el viento, con las curvas, con el peso que llevábamos. Por ejemplo, el que va delante no puede soltar las manos del manillar, bajo riesgo de caerse y si lo hace el de detrás, el de adelante lo nota. Nosotros salimos mucho en bicicleta, pero esto no tiene nada que ver», afirma Javi. «No recorrimos las zonas afectadas por la DANA en Valencia, porque nosotros salimos por el norte hacia Palencia, pero conocimos en primera persona la situación que allí se vivió y se vive, porque estuvimos ayudando como voluntarios cuando pasó aquella tragedia», recalca.

«El tercer día decían las predicciones meteorológicas que íbamos a tener viento de culo y acertaron (bromea Adrián): fuimos de culo. Otra vez de cara. Se nos hizo muy duro. Nuestra última etapa fue desde San Esteban de Gormaz (Soria). Cuando llegamos a Aranda ya empezaba a oler a Palencia y cambió nuestro ánimo», recuerda.

En el cerro del Otero, donde se inició su aventura, les aguardaba un gran número de personas. «No esperábamos tanta gente. Fue muy emocionante. Cumplimos nuestro objetivo de llevar el nombre de Palencia. Nos ha seguido mucha gente a través de la redes sociales», manifiesta Javier García.

Sus aventuras no se acabarán aquí, siempre con su nueva bicicleta como acompañante. «De momento, vamos a hacer las rutas Cyclope de la Diputación, no sabemos si una o todas. Y luego, tenemos en mente otro reto para promocionar Palencia, pero que, a su vez, también sea solidario. Estamos en ello. Haremos también unos retoques a la bicicleta».