Editorial

La falta de vivienda es una cuestión que va más allá del mercado inmobiliario

DP
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Nadie duda de que el coste de un piso es el principal reto de todos los que compran una propiedad, pero está surgiendo un rival muy importante, la ausencia de oferta

El precio de la vivienda de segunda mano se encareció en Palencia capital un 1,3% en el segundo trimestre del año. Es un dato inferior a los registrados en Soria (2,6%), Ávila (4,4%) y Segovia (6%), aunque sigue elevando el coste de los inmuebles palentinos, con todo lo que eso conlleva, especialmente en los casos de necesidad, por ejemplo, en el de un joven sin un sueldo muy boyante que quiera independizarse de sus padres. Nadie duda de que el coste de un piso (o una casa en cualquier pueblo de nuestra provincia) es el gran reto al que tienen que enfrentarse todos los que compran una propiedad, pero, poco a poco, está surgiendo un rival muy importante, la ausencia de oferta. 

Según explican desde dos inmobiliarias, no hay suficientes viviendas ni en la capital ni en el norte. Y esto provoca, por un lado, que haya que estar muy hábil a la hora de arrendar o vender un inmueble en Palencia porque los pocos que hay se reservan rápidamente  y, por otro, que cuando surge una opción laboral en la zona, no se pueda cubrir la demanda. En ambos casos, siguiendo los preceptos de la oferta y la demanda, el propietario ganará más dinero porque habrá más interesados dispuestos (u obligados, en muchos casos) a pagar más, pero ya han surgido voces que aseguran que está situación no es positiva para el devenir de la provincia. Hace ocho días apareció publicada en este medio una entrevista al director general de Gullón, Juan Miguel Martínez Gabaldón, que reclamaba más pisos para que la gente contratada por la galletera aguilarense pudiera residir en la zona. En la misma línea se manifestó en este rotativo hace una semana el presidente de la patronal de la construcción,Aecopa, Miguel Alonso, quien explicaba que la provincia no podía absorber a los empleados que llegaran de fuera para trabajar aquí porque no había pisos.

Por tanto, queda más que demostrado que la falta de vivienda en Palencia es una cuestión que va más allá del mercado inmobiliario. Las administraciones públicas están moviendo ficha y apostando por diversas medidas para ampliar el parque de viviendas de la provincia y para favorecer el alquiler, pero probablemente haya que dar dos pasos en vez de uno, bien de manera directa o bien facilitando la tarea a la empresa privada. No hay nada seguro en esta vida, pero, quizá, con una mayor oferta de pisos descenderían los precios de segunda mano y, paralelamente, muchos foráneos podrían establecerse en tierras palentinas a trabajar, lo que vendría bien a nuestro escaso padrón. 

Lo que no puede ser es que no pueda llegar un trabajador a esta provincia porque no tiene un sitio para dormir ni que un palentino  se tenga que quedar en casa con sus padres in eternum. La vivienda es un bien de primera necesidad y así se tiene que tratar desde todos los estamentos.