La de San Juan es la noche más corta del año y, quizá por ese motivo, la más mágica y la que invita a vivir cada instante como si fuese único. Así lo creyeron seguro las miles de personas que ayer se acercaron hasta el aparcamiento de Campos Góticos -más de 10.000 según la asociación de vecinos de SanJuanillo- para ver arder la hoguera que da la bienvenida al recién estrenado verano.

En una noche veraniega, el calor y la danza hipnótica de las llamas envolvieron de mística la medianoche y, aunque solo sea por si acaso, muchos aprovecharon para que el fuego purificase lo malo ocurrido durante el último año y elevase en forma de ceniza los deseos para los próximos 12 meses. Así lo hizo, al menos, el presidente de la Asociación de Vecinos de San Juanillo, Rafael Marcos. «Solo he pedido cosas buenas, como que el barrio siga siendo pacífico y un buen lugar en el que las familias puedan vivir, así como que todos los vecinos participen de las fiestas y se respire un buen ambiente», confesó a este periódico.

El responsable vecinal también confió al fuego su deseo de que las instituciones hagan caso a sus demandas. «Siempre hay una lista de calles por asfaltar, aceras por mejorar y parques por arreglar que nos gustaría que se atendiesen con premura. También una mayor presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad», enumeró Rafael Marcos.  La noche transcurrió  sin incidentes antes, durante  y después de la pira. «Le gente ha tenido un comportamiento razonable sin incidentes que resaltar», expuso. El parque de bomberos desplazó una dotación con un conductor, un mando y tres efectivos antiincendios y un pequeño retén estuvo hasta las cinco de la madrugada, ya con la fogata totalmente apagada.

Fuego para purificar lo malo y atraer lo buenoEN LA PROVINCIA. Las hoguera de la noche de San Juan también impregnó de magia diferentes localidades del medio rural. Los más madrugadores fueron los guardenses, que prendieron fuego a la hoguera en la medianoche del sábado al domingo en el marco de las fiestas del Barrio Barruelo. Además, se da la particularidad de que allí el encendido tiene lugar tras la representación de la leyenda de las Damas del Hoyal, que alcanzó su duodécima edición. A escasos cinco kilómetros, en Velilla del Río Carrión, los actos tuvieron como escenario la fuente tamárica de La Reana, donde la pila de maderos -los históricamente empleados para entibar los pozos mineros- subió  dos metros más de lo habitual.

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