Todavía hoy en día puedo recordar con claridad aquella presencia nuestra los martes en Saldaña –día de señalado mercado semanal en la localidad-, llegando desde Velillas del Duque –a tan sólo 6 kilómetros de distancia- a través de la carretera que une Osorno con Saldaña.
Y encontrarnos de golpe a la derecha de nuestro sentido de la marcha, a punto de iniciar el que pudiéramos llamar tramo urbano, con un edificio que por su hechura y su disposición arquitectónica en uno de sus flancos nos impactaba gratamente y nos resultaba hasta un tanto emblemático; aunque visto en su conjunto con los ojos de ahora puede no resultar tan extraordinario.
El caso es que ha sido en estos días, tras su visión a través de una red social, que me ha hecho recordar con más detalle aquellos martes en los que, llegando algunas veces en el autobús de línea de la empresa Abagón, otras en bicicleta, en ocasiones en carro tirado por un par de mulas, y a veces andando incluso, alcanzábamos de buena mañana las primeras casas del conjunto urbano de la población, antes de adentrarnos en el núcleo central de la urbe donde se asentaban todos los puestos del mercado.
Y es que, claro, viviendo en un pequeño pueblo, la visión espacial que de pronto te encontrabas te llamaba la atención llegados a este punto. Que se convertía al instante en un espacioso cruce de caminos. Porque a la izquierda te salía al encuentro el viejo puente romano que cruza el río Carrión, a la derecha una larga recta de la carretera que nos une con Guardo; y al frente este edificio tan específico de viviendas en varias alturas. Pero destacando en su parte más baja, en su frente más vistoso, una especie de saliente en forma curvilínea dotado de una gran cristalera; lo que le otorgaba, para nosotros, una gran prestancia al conjunto de la construcción.
Albergando en su interior una moderna cafetería; que bien al entrar en la localidad o bien al salir de la misma, quien más quien menos hacía una parada allí. Lo que, sin duda, contribuía a proporcionarle una mayor atracción al conjunto del edificio. Que era justo lo que a nosotros, aprendices de todo, más nos impactaba.