Bajo la premisa Un niño tiene que disfrutar de ser niño mientras es niño, el CEIP Padre Claret albergó ayer la lectura del manifiesto con motivo del Día de la Infancia. La encargada de dar voz a todos los menores de la provincia fue Alicia Blanco, una estudiante de sexto de Primaria, que subrayó que, aunque los adultos fueron niños alguna vez, a menudo olvidan esa etapa.
Por ello, a través de este manifiesto se recordó la necesidad de proteger sus derechos fundamentales de los niños, como la no discriminación, el interés superior del menor, el derecho a la vida y desarrollo y la participación.
Alicia Blanco incidió en la importancia de que los menores se expresen libremente, destacando la frecuente falta de escucha por parte de los adultos, más atentos a sus rutinas o dispositivos móviles.
No se pasó por alto la importancia de defender los derechos infantiles ante catástrofes recientes, como las inundaciones en Valencia, donde muchos niños perdieron sus hogares, escuelas o familiares, quedando desprovistos de derechos básicos. El manifiesto también puso el acento en el derecho al descanso, al esparcimiento y al juego en un ambiente sano, señalando cómo el exceso de actividades impuestas limita su tiempo de ocio. También se habló del derecho a la educación, esencial para desarrollar habilidades, convivir y compartir cuando, recordó la alumna, 64 millones de niños en el mundo no pueden acceder a una educación adecuada, instando a valorar las oportunidades disponibles y ayudar a quienes carecen de ellas.
El manifiesto también enfatizó la relación entre derechos y deberes de los menores, y es que si bien tienen derecho a estudiar, jugar, ser escuchados y disfrutar de la naturaleza, también tienen el deber de estudiar, respetar el juego de otros, escuchar y cuidar el medio ambiente. «Los niños y niñas no queremos que se nos oiga, queremos que se nos escuche», reclamaron.