Cuando llegan las fiestas de un pueblo como Saldaña, las calles rebosan de alegría, buen humor y juventud. Sin embargo, mientras los niños corretean, saltan en las colchonetas y disfrutan de las actuaciones de calle, en las casas se encuentran los responsables de que la villa disfrute con vitalidad de estas fechas: nuestros mayores y abuelos.
Saldaña no se olvida de ellos y, por eso, homenajea en sus fiestas a dos de las personas más mayores de la villa: Candelas Lorenzo, de 89 años y Gregorio Arnillas, con 87. Ambos, como manda la tradición y cultura, devotos de la Virgen del Valle. Incluso Candelas es miembro de la cofradía.
Aunque Gregorio afirme que «con la edad es más difícil recordar», ellos son parte de la historia del pueblo, sin ellos las paredes de las casas de Saldaña no contarían las mismas historias y es por eso por lo que el Ayuntamiento se rinde ante ambos en representación de todos los vecinos y en honor a los abuelos saldañeses que durante las fiestas patronales acogen a sus hijos y nietos en sus casas.
Gregorio Arnillas, mayor homenajeado en Saldaña. - Foto: Carlos Valcarce «Voy a disfrutar de mis ratos e iré a la Romería», afirma Candelas, que pasará las fiestas junto a sus hijos y nietos, e intentará ir a los toros si la salud se lo permite.
Gregorio espera a sus nietos con tanto entusiasmo como aguarda el día de mañana cuando se le rinda homenaje. Durante las fiestas intentará pasárselo «lo mejor que pueda».
Ambos son mayores y quizá no sean los más activos durante las fiestas, pero sin ellos no habría celebraciones, ni homenajes, ni recuerdos de Saldaña.