Ignacio Miranda

Riendas en banda

Ignacio Miranda


Moral de victoria

06/12/2024

Pues en Sevilla se puso Santos Cerdán en tono chequista, que le pega un montón porque es todo verbo fluido, simpatía y delicadeza, para decirnos en el Congreso Federal del PSOE que hay una estrategia clara de «cacería humana» contra su partido. Porque existe una «industria del odio» que produce «fango, ruido y bilis sin parar». Los medios de comunicación y los jueces difaman a Sánchez y su entorno de imputados. Tuvo además el cuajo del asegurar -con un par- que se les persigue por ser los defensores de la justicia social y de la equidad, cuando allí mismo estaban sentados los señores Chaves y Griñán, condenados por el fraude de los ERE. Por malversar el dinero de los parados. Es el mayor caso de corrupción de la historia reciente, a pesar del empeño del Constitucional de Cándido por precisar que no fue para tanto.
También fue a la convención el padre Ángel, que no se pierde una, para contemplar la llegada triunfal de Begoña Gómez al sarao, como una estrella en ciernes ávida de explicar en qué consiste la transformación social competitiva, pero con solo 40 euros en sus cuentas. ¡Qué manera de sonreír, de agradar, de pasear! Una puesta en escena de ganadora de Gran Hermano, de finalista de La Voz, entre gritos de 'Begoña, Begoña', aplausos, achuchones, besos, selfies de la militancia y ministros como Bolaños, Puente, Planas y Alegría fundiéndose en un abrazo interminable con la rumbosa imputada.
Efusividad desatada y primacía de la imagen con quien luego es muda en sede judicial y parlamentaria al ser preguntada por sus negocios. De manera que, con permiso de José María García, ya podemos emplear el término 'abrazabegoñas' con la misma acepción de ser pelota que 'abrazafarolas'. Mientras tanto en Valladolid, el PP de Feijóo contraprogramaba con una intermunicipal a la que asistieron numerosos dirigentes, con un fondo negro catafalco que no tiene perdón de Dios. La versión anodina, lacia y triste de un partido que sigue sin encontrar su sitio y sin generar ilusión a pesar de haber ganado las elecciones. Falta moral de victoria.