El escritor y periodista Antonio Pérez Henares (Bujalaro, Guadalajara, 1953) acude este martes al salón principal del Casino de Palencia para presentar su última novela, El Juglar (Harper Collins, 2024). El autor estará acompañado en el acto literario, que comenzará a las 20,15 horas, por el director de La 8 Palencia y Vive! Radio Palencia, Álvaro Lantada. Las personas que quieran acceder tendrán que solicitar previamente su invitación en la sede.
Como explica el autor, se trata de una novela «de emociones, de personajes, de amores, no solo de batallas y reyes». «El mundo de los juglares tenía muchos estratos», detalla el guadalajareño.
Comenzó su faceta de periodista en el diario Pueblo y, entre los cargos que ocupó, sobresalen el de director de Tribuna y el de director de publicaciones del Grupo Promecal. Pero también tiene un amplio bagaje literario, con obras como La tierra de Álvar Fáñez,El Rey Pequeño, Tierra Vieja o El último cazador. Hace un año llegó a Palencia para presentar su anterior obra, La Española, que estaba centrada en los primeros hombres que llegaron a América. ¿Por qué retrocede unos siglos en la historia en su último trabajo?
Tengo tres lugares a los que vuelvo una y otra vez. Por un lado, la prehistoria. Estas novelas ahora mismo están teniendo un gran éxito en Francia. De hecho, acaba de salir una nueva traducción de un libro mío y ya van cuatro. Por otro, Hispanoamérica, región por la que he participado en una expedición con el sobrino de Miguel de laQuadra-Salcedo, Telmo Aldaz, en la que cruzamos Panamá. Y, por último, la Edad Media, a la que acudo cuando tengo oportunidad. Con El Juglar son cinco novelas ya, pero esta es muy especial. La figura de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, está por encima de todo, pero, esencialmente, lo que he querido hablar es de los juglares.
¿Y por qué razón?
Porque me parece que es necesario que se rinda de una vez un homenaje a los juglares: los que fueron los fundadores y los padres de la lengua y literatura española.Fueron los primeros en cantarla, en versificarla y en escribirla aunque, al principio, algunos no sabían ni leer ni escribir. Y estos merecen el reconocimiento universal, porque esta es una lengua universal que hablan más de seiscientos millones de personas. No los podemos tomar por unos chiliquilicuatres, sino por alguien que, nacidos de la raíz popular, fueron capaces de que sus versos y su lengua llegaran hasta nosotros.
Por ello, da protagonismo a Per Abat, que también es el que cuenta la historia de su padre, Álvaro de Vivar, y de su abuelo Pedro. ¿Qué papel tienen para recordar al héroe de Vivar?
Con estos personajes he querido conjugar la historia de los juglares con la historia del Cid y de los tiempos de la Castilla que alumbró al Cantar del Mío Cid, que tiene como objetivo la llamada a la guerra en un momento en el que el reino castellano está pasando por un mal momento tras la derrota en la batalla de Alarcos.
Yo creo que quien escribió, al menos, la primera parte del Cantar del MíoCid, fue una persona que no solo fue de la época sino que conoció y hasta es muy posible que formara parte de la propia mesnada de Rodrigo. Porque solo alguien que hizo ese camino lo puede describir con esa exactitud. La fuerza es tan tremenda que te da un primer personaje (abuelo). Para el segundo personaje (padre), he buscado a alguien ha dado que ha dado el siguiente paso (aprender a escribir). Por último, hay un señor que dice que yo escribí esto, Per Abat, que lo pone y te da la fecha (mayo de 1207).
¿Por qué los juglares no tienen ese reconocimiento que pide?
Posiblemente porque los juglares españoles no firmaron sus obras y no llegaron sus nombres. Eso sí, los romances no se han perdido. Yo me sé romances del siglo XI porque me les ha contado mi abuelo. Considero que es la hora de que se les de el sitio que merecen.Su papel fue muy determinante.
¿El libro pretende rendir homenaje al Cid histórico del Cantar, al Cid histórico o ambas?
A ambas. La verdad es que es increíble lo que ha sucedido con esto. El Cid histórico tiene una gran potencia, pero, curiosamente, el Cantar tiene más y lo tapa. Preguntas a la gente por lashijas del Cid y contestan que dos, Sol y Elvira. Y realmente en la historia tuvo dos, que se llamaron Cristina y María, pero también un hijo mayor,Diego, que muere combatiendo al frente de la mesnada de su padre en la batalla de Consuegra.
Respecto a las hijas, al final del romance, tras los infantes de Carrión, se casaron con reyes. Eso dice el romance, si bien la historia demuestra que es verdad. De hecho, GarcíaRamírez, restaurador de la corona navarra es hijo de Cristina, la hija del Cid, que a su vez es abuela de Alfonso VIIIde Castilla. Todos estos hechos son desconocidos, pese a la potencia que tienen en la historia, porque la gente se queda con el Cantar, una pieza maravillosa, épica, emocional y literaria con una hondura poética y humana increíble, donde el personaje es tan cercano y tan vinculado al pueblo que el Cid fue utilizado por la propaganda desde el día que murió hasta hace tres días.
En su libro figuran hechos que sucedieron en tierra palentina, como la batalla de Golpejera, en la que participó el Cid. ¿Qué otros puntos de la provincia destaca?
He de reconocer que no son muchos. La batalla de Golpejera dio lugar, de alguna manera, a todo lo que sucedió después. Palencia aparece en el libro porque todos los pasos de la peregrinación aSantiago no le son ajenos. Y desde luego, también aparece Saldaña, aunque esta localidad tiene mayor protagonismo en La Temeraria, el libro de mi amiga Isabel San Sebastián sobre la reina Urraca ambientado en ese mismo tramo histórico.
También aparecen en El Juglar los infantes de Carrión. ¿Por qué tienen ese papel antagonista en el Cantar del MíoCid?
Los infantes de Carrión no existieron, pero se trata de coger dos prototipos leoneses porque, tras la batalla de Alarcos, Castilla está indefensa y sola y los reyes de León y de Navarra la atacan en coalición y los almorávides hacen una aceifa. Y en esto tiene que ver mucho el papel que dan a los infantes de Carrión en el Cantar, ya que es un canto a la Castilla que está resistiendo todo el embate. Por eso, hace aparecen como malos.
En el epílogo del libro aporta su propia teoría sobre la autoría del Cantar y de Per Abat.
Creo que los juglares tuvieron que ver en el proceso de creación de creación del libro desde la muerte de Rodrigo en 1099 hasta la primera fecha en la que sabemos que se lee al completo: en 1199 en la abadía de Santa María de Huerta (Medinaceli). Es el centenario de la muerte del Cid y están presentes en la lectura el rey Alfonso VIII y la reinaLeonor. Además, está enterrada una bisnieta del Cid, que estaba casada con el todopoderoso de la casa Lara, Pedro Manrique de Lara, benefactor de ese monasterio. ¿Quién firma eso? Per Abat ¿Y qué monasterio había enMedinaceli sino aquel y por qué Per Abat no puede bien ser el abad de Santa María de Huerta? O sea, doy alguna hipótesis, pero me he encontrado también con algunos enigmas.
Por último, incluye una cronología de los siglos XI, XII y XIII. Son datos de la Edad Media, ¿se trata de una época de la que se hable actualmente?
Lo cierto es que está viviendo una auténtica resurrección, sobre todo en el mundo de la literatura. Apasiona cada vez más, porque además se está descubriendo una EdadMedia muy diferente a la que nos han contado. Y eso es algo que también está muy presente en el libro. Resulta que no era ni tan tenebrosa ni tan sórdida.