Nada tuvo que ver la toma de posesión de la nueva Corporación con la vivida hace cuatro años. Ni un atisbo de tensión ni mal ambiente, todo lo contrario: sonrisas en la mayoría de las caras, afecto, cariño e ilusión por la nueva etapa que echa a andar en el Ayuntamiento.
Un día especial, sobre todo, para Miriam Andrés quien vivió este día histórico protegida por la banda dorada de la mujer palentina, y que solo relajó del todo su gesto contenido cuando la Mesa de Edad anunció el resultado de la votación que le convertía en la primera alcaldesa de la capital. «Es un día histórico», se escuchó en varias ocasiones en un salón de plenos abarrotado, con las ventanas abiertas de par en par por el calor.
La nueva alcaldesa, que estuvo al borde de la lágrima en más de una ocasión durante la ceremonia, aceptó todas las felicitaciones y no fueron pocas, aunque las que recibió con más cariño fueron las de sus hijos, Bruno y Luis, y su marido, Luis Emperador. «Estoy muy orgulloso de ella», reconocía al acabar la ceremonia. Orgullosos y emocionados estaban también los padres de la nueva alcaldesa de Palencia, Raquel y Leopoldo; su hermana, Lorena, y sus suegros, Antonio y Julia.
Un día histórico en muestras de cariño - Foto: Óscar NavarroFue esa satisfacción y orgullo en la cara de sus familiares y amigos lo que tuvieron en común los 25 concejales que ayer tomaron posesión. Por eso, fue un día especial para todos ellos.
De una forma distinta, la jornada significó también mucho para otro de los presentes en el salón de plenos: el exalcalde Mario Simón. Ayer se liberó de la responsabilidad que ha sostenido sobre sus hombros los últimos cuatro años, y tanto la nueva alcaldesa como Domiciano Curiel, agradecieron de forma expresa su ayuda en el traspaso de poder.
No fue el único exprimer edil -exceptuando a Alfonso Polanco, claro- que quiso vivir en primera persona este día histórico. Entre las primeras filas estaba sentado Heliodoro Gallego, a quien Miriam Andrés nombró en dos ocasiones en su discurso y con el que se fundió en un sentido abrazo.
Un día histórico en muestras de cariño - Foto: Óscar NavarroAUTORIDADES. En el capítulo de autoridades, destacó la presencia de Ana Sánchez, vicepresidenta segunda de las Cortes de Castilla y León, con un gesto sonriente durante prácticamente toda la ceremonia, muy distinto al que mostró hace cuatro años, cuando, afirmó haber presenciado la «mayor indignidad» política tras consumarse el pacto entre PP, Cs y Vox que arrebató el gobierno de la ciudad a Miriam Andrés.
También fue testigo de la constitución del nuevo Ayuntamiento el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo; así como los procuradores Mercedes Cófreces, Consolación Pablos y Rubén Illera.
Mariluz Martínez Seijo, diputada socialista por Palencia y vocal de la diputación permanente del Congreso de los Diputados, también quiso ser testigo de este día histórico, al igual que las autoridades locales representantes del Gobierno y la Junta, Ángel Miguel y José Antonio Rubio, respectivamente.
Un día histórico en muestras de cariño - Foto: Óscar Navarro Entre el público asistente tampoco faltaron los representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad, José Augusto Montano (Guardia Civil) y Honorio Pérez (Policía Nacional), así como los máximos responsables del Sepeis y Policía Local, Javier Villena eIsidoro Fernández, respectivamente.
Los pitos que recibió al nuevo alcalde hace cuatro años a su salida del Ayuntamiento, ayer fueron aplausos.
Más juramentos que promesas
La ley establece que para adquirir la plena condición de sus cargos, los concejales electos deben jurar o prometer acatamiento a la Constitución. En esta ocasión hubo más ediles que juraron cumplir la Carta Magna que los que lo prometieron, 15 frente a 10, aunque el resultado de una u otra opción es el mismo.
La gran mayoría recurrió a la fórmula habitual, la de «Juro por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como normal fundamental del Estado». Sin embargo, hubo dos concejales que la alteraron: el socialista Francisco Fernández, que reemplazó la lealtad al Rey por «al pueblo español y a todas sus instituciones»; y Rodrigo San Martín, de IU-Podemos, que pronunció «Prometo por mi conciencia cumplir con las obligaciones del cargo de concejal para el que he sido elegido con lealtad al pueblo. Defender lo público, los derechos humanos y a las personas más desfavorecidas de nuestra sociedad, acatando nuestra Constitución como norma fundamental del Estado por imperativo legal sin renunciar a mis valores republicanos». San Martín, además, renunció a la medalla que le acredito como munícipe y tan solo recogió el pin.