Paso atrás del Zunder Palencia y este sí que parece definitivo. El Covirán Granada prácticamente certificó su salvación a costa de terminar con el sueño de la permanencia de un cuadro colegial al que un mal inicio de partido le volvió a costar el encuentro. Estuvo cerca de engancharse en distintos momentos, pero siempre a remolque del combinado nazarí, que fue superior y mereció el triunfo.
Con una pequeña sorpresa en el quinteto inicial, entrando Kamba por Piñeiro, volviendo a ponerse el disfraz de ala-pívot, arrancó el encuentro con Pasecniks haciéndose fuerte en el salto inicial, y aunque Cheatham abrió el marcador, pronto el Zunder consiguió su primera ventaja gracias a la canasta de Van der Vuurst y el triple de Hands. Cheatham y Tomàs le devolvían la renta al Covirán Granada, que se ponía por delante en el marcador hasta el final del primer cuarto. El triple de Kamba a escasos segundos para el final del primer período parecía acercar al Zunder, pero Valtonen acertaba desde los 6,75 sobre la bocina para cerrar el cuarto con el 14-21 en el marcador.
Después de un mal primer cuarto, al que el conjunto colegial salió dormido, el equipo de Luis Guil se enchufó en el comienzo del segundo. Tanto que las canastas de Kamba (seis puntos consecutivos), Van der Vuurst (cuatro tiros libres seguidos) y Pasecniks obligaron a Pin, técnico visitante, a pedir el tiempo muerto. Y surtió efecto. Reaccionó el combinado nazarí, que volvía a irse en el marcador y ahora era Guil el que paraba el partido. Pero no hubo respuesta. Cheatham, con dos triples, terminó de rematar a un Zunder Palencia que se iba 13 abajo al descanso (34-47) con unas sensaciones muy amargas.
Necesitaba una reacción inmediata el conjunto morado tras el descanso. Todo lo contrario sería poner pie y medio en la LEB Oro. Hands pareció tomárselo al pie de la letra y abrió el tercer cuarto con un triple que mejoraba Pasecniks con dos puntos seguidos. Pero llegaban las canastas granadinas de Kramer, Tomàs y Rousselle, que alejaban al Zunder Palencia de la victoria y también de la ACB (47-61 a 3'40 para el final del cuarto). No bajaba los brazos el equipo local, que acumulaba siete puntos seguidos gracias a las canastas de Pasecniks y Frankamp y un triple de Ubal, poniéndose a siete y obligando a Pin al tiempo muerto (54-61). Tras el mismo anotaba Cheatham, contestaba Benite desde el tiro libre y Valtonen cerraba el período con un triple que cayó como un jarro de agua fría sobre el pabellón (55-66).
Último cuarto. Todo por decidirse. Seguir en la pelea, a un paso. El borde del abismo, a otro. Dos tiros libres inauguraban el cuarto decisivo. Uno para Granada, otro para Palencia. La renta no se movía hasta que Piñeiro, resucitado en los últimos 10 minutos, se movía bien en la pintura para anotar. Pero Bamforth no estaba dispuesto a echar por la borda todo el trabajo realizado y acertaba de tres para aumentar la diferencia. Respondía Piñeiro, también desde el triple, y más tarde de dos para que el Zunder siguiera creyendo, aunque los minutos pasaban y el tiempo se esfumaba. De poco parecía servir el triple de Kamba si Valtonen replicaba de igual forma en la canasta contraria (otro tiempo muerto de Luis Guil). No estaba dispuesto a rendirse el cuadro de Guil. Ha costado mucho llegar hasta aquí y bajar los brazos no es una opción. Así que Frankamp, Benite y Kamba ponían al Zunder a siete a falta de 2'35 para el final (76-83). Pero el Covirán Granada también se jugaba mucho. En Palencia quería certificar la permanencia. Y por eso se exprimió al máximo para conseguirlo. Un triple de Bamforth desencadenó la euforia nazarí y la desolación morada. Granada, con pie y medio en la ACB. El Zunder, con pie y medio en la LEB Oro.