La tragedia desencadenada por la DANA en la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha ha despertado el lado solidario de los palentinos. La alcaldesa de la ciudad, Miriam Andrés, anunció ayer que después de ponerse en contacto la empresa Transmab con el Ayuntamiento, hoy dará comienzo en el frontón de La Ensenada -ubicado en la avenida Cataluña, en el barrio de Pan y Guindas- una recogida de material para atender las necesidades de los afectados.
La primera edil desveló que se ha puesto en contacto con el alcalde de Mislata, quien le ha trasladado la necesidad perentoria de mantas, agua embotellada, comida que no sea necesario cocinar y colchonetas. Todo este material se recogerá en las instalaciones deportivas de La Ensenada de 10 a 12 y de 17 a 19 horas hasta el próximo miércoles.
De forma paralela, la Policía Local recogerá en su cuartel ubicado en la calle de Ortega y Gasset productos de higiene, ropa, alimentos no perecederos, mantas y sacos y palas y cubos, la 24 horas del día hasta las 10 horas del domingo.
Posteriormente, la firma Transmab se encargará de transportarlo hasta los puntos donde sea más necesario. «Tenemos muchos clientes en la zona de Levante con los que guardamos una relación muy estrecha forjada durante años. A pesar de estar a cientos de kilómetros queríamos ayudarles», afirmó en declaraciones a Diario Palentino Ana Barba, adjunta a la dirección.
Solidaridad. Seguro que este llamamiento a la solidaridad obtiene respuesta en la sociedad palentina, y es que son muchos los ciudadanos que tienen todavía en su mente lo ocurrido el 15 de julio de 1997, cuando en apenas una hora, la ciudad pasó de su habitual tranquilidad a una situación de caos como pocas se han vivido en Palencia. Miedo, tensión, incertidumbre, confusión y mucho desconcierto fueron la respuesta a una tormenta de agua y granizo que dejó 80 litros por metro cuadrado en el barrio de Pan y Guindas.
Es cierto que lo ocurrido hace poco más de 27 años en la capital no es comparable, ni por asomo, a lo que padecen estos días en la Comunidad Valenciana ni por la gravedad de las consecuencias ni por el calibre del desastre natural.
No obstante, son muchos los vecinos de Pan y Guindas que recuerdan con nitidez cómo miles de familias quedaron sin luz y, algunas, no pudieron llegar a sus casas esa noche, las cientos de personas que sufrieron daños en sus inmuebles y propiedades o los enfermos que sumaron algún que otro inconveniente a su situación. El Ayuntamiento habilitó el pabellón municipal de deportes para acoger a las familias que tuvieron que salir de sus casas o que no pudieron llegar a ellas, una treintena de personas en total que al día siguiente fue alojada en pisos tutelados y en el hogar del transeúnte. Además, inquilinos de las calles Managua, la plaza Bogotá o la colonia Virgen del Pilar tuvieron que ser evacuados y cobijados en casas de familiares o vecinos.
Por su parte, los servicios de Protección Civil comenzaron a repartir mantas, alimentos y medicinas entre los siete mil vecinos afectados, a quienes también distribuyeron velas para pasar la noche, pues el suministro eléctrico no pudo restablecerse hasta varias horas después y, en algunos casos, incluso días.
Aquella inundación ocasionada por una crecida del arroyo de Villalobón, cuyo cauce carecía de limpieza y mantenimiento, afectó también a la actividad del polígono industrial Nuestra Señora de los Ángeles, donde la mayoría de las naves se inundaron y muchas de ellas tardaron más de una semana en recobrar la normalidad.
Calles, viviendas y locales llenas de lodo, coches volcados y árboles rotos dibujaron una de las imágenes que se guardan en el imaginario colectivo de los palentinos. Por suerte, y a diferencia de lo ocurrido esta semana, no hubo que lamentar víctimas mortales.