La quinta ola se asemeja mucho a la de Navidad, a la del mes de enero, y crece casi como una pared. Y a ello se le añade que parte con el lastre de 16 meses de pandemia y 28.554 enfermos activos por coronavirus, cifras que retrotraen al mes de marzo y que hace más de un año no hubieran permitido que la Comunidad entrara en la nueva normalidad. Son datos al alza, que ponen contra las cuerdas a una Atención Primaria que está agotada, y que es la que diagnostica y previene la otra patología, la no covid. De momento está tocada, evitar hundirla y protegerla depende no sólo de la vacuna, sino de la responsabilidad individual.
Los nuevos contagios ya han provocado que se plantee el cambio de protocolos, vuelvan los rastreadores, se potencie la línea 900 y el Covid AP. Hasta la fecha, el virus no ha dado la cara en los hospitales en esta nueva ola, y el ring se ha trasladado a los centros de salud, que amortiguan el nuevo golpe bajo del coronavirus, que parecía estar perdiendo el combate. Estos profesionales son responsables de los 28.554 enfermos que siguen siendo compatibles con el coronavirus, algunos con cuadros de neumonía que se tratan desde los centros de salud, donde se quería volver a la normalidad, pero se ha tenido que pisar el freno.
Las cifras no paran de crecer día a día, y en menos de diez jornadas han aumentado en 6.622 personas, entre el 28 de junio y el 9 de julio, según la última actualización semanal del Portal de Datos Abiertos de la Junta de Castilla y León. Con estos últimos días, a un ritmo de contagios diarios por encima de los 1.500 casos, el dato puede ser aterrador la próxima semana. Tanto como lo fue a mediados de octubre, con la curva de la segunda ola en pleno ascenso, con 29.000 enfermos, o el 1 de enero, con 30.000.
Mismo patrón
Todas las provincias dibujan la misma tendencia, menos Ávila, que cuenta con 1.084 personas enfermas, cifra que se mantiene con ligeras oscilaciones desde junio y en caída desde marzo. Las que mayor número de pacientes activos suman son Valladolid y Palencia, con 6.550 y 5.947, seguidas por León y Burgos, con 3.799 y 3.794. En el caso de Valladolid hay que retrotraerse al 7 de marzo para encontrar una cifra similar, cuando había 6.549 enfermos activos. En el de Palencia, al 5 de abril, que alcanzó los 5.970; en el de León, al 8 marzo, fecha con 3.686 pacientes, y en el de Burgos, al 9 de febrero, con un registro de 3.819.
Zamora, una de las provincias que en las olas anteriores había registrado una menor incidencia, cuenta con 2.863 enfermos activos, similar a la del 17 de febrero, con 2.855. Por encima de la barrera de los 2.000 también están Segovia, con 2.053, y Salamanca, con 2.018, con datos de marzo en ambos casos. Por último, Soria tiene la cifra más baja, 446, pero en crecimiento. El 28 de junio anotó 320.
La provincia de León y la de Valladolid, son las que presentan una mayor incidencia acumulada de la enfermedad en el ámbito de primaria, con 67.234 y 55.360 enfermos desde el inicio de la pandemia, incluidos los que en estos momentos presentan síntomas compatibles y los que ya han recibido el alta. Les siguen Burgos (51.541), Salamanca (46.970), Segovia (27.669), Palencia (24.299), Ávila (17.692), Zamora (17.108) y Ávila (17.692).