A Harvard, una de las universidades más destacadas de Estados Unidos y del mundo, llegó en septiembre de 2023 la venteña Ana Nogal Macho, algo al alcance de muy poca gente. Graduada enBiotecnología por la Universidad de León (aunque terminó la carrera de Erasmus enNottingham), master en Bioinformática por la Universidad Católica de Lovaina y doctorada en la misma materia por el King's College de Londres, se decantó por seguir investigando en la universidad tras contactar con el grupo del que forma parte ahora porque le gustaba lo que hacían. «Les mandé el currículum y les dije cómo pensaba que encajaba mi perfil. Estuve en un proceso muy largo de entrevistas y al final me ofrecieron el puesto y estoy haciendo el postdoctorado», comenta la joven de 28 años.
De esta forma cumplió sus dos deseos.En primer lugar, quería seguir investigando en el mundo académico, ya que ofrece «una mayor libertad para elegir las ideas de las líneas de investigación que en las empresas, aunque también es más sufrido porque te tienes que buscar la vida para conseguir dinero». Y en segundo lugar, vincularse a un centro de referencia mundial. «Nunca pensé que me iban a contratar en la universidad en la que estoy», asegura.
Actualmente está estudiando, a través de los datos clínicos de los pacientes, cómo la microbiota intestinal (los microbios que tenemos en el intestino) afectan al desarrollo y el progreso del cáncer colorrectal y cómo podemos llegar a modular estos microbios mediante cambios de estilos de vida y de dieta para poder prevenir esta grave enfermedad.
Por otro lado, esta experiencia en Boston (Massachusetts) también le está sirviendo para conocer una forma diferente de ser, con sus pros y sus contras, aunque admite que no son abismales respecto a Europa. «Se dice que viven para trabajar y es cierto. Cuando he llegado aquí he tenido que empezar a trabajar más horas que enEuropa. Es una exigencia muy alta a todos los niveles», declara. En cambio, comenta que vive en una ciudad cómoda y bonita donde la gente es «muy simpática». «Una de las cosas que me sorprendió es que la gente es muy amable. Te intentan ayudar siempre y estoy en un ambiente buenísimo para crecer y aprender. Aquí, si tú das, ellos te van a dar», asegura. Además, subraya la cercanía de los investigadores más destacados. «Suelen ser muy cercanos, te dan su opinión y son simpáticos. No te ponen zancadillas», añade.
Por todo ello, Nogal declara que, tras pasar los primeros meses de aclimatación, está muy contenta en Harvard. «He acertado al irme a Estados Unidos, tengo la sensación de que estoy aprendiendo mucho y la satisfacción de que trabajo con una gente que es muy buena y me gustaría, si todo sigue como hasta el momento, quedarme un tiempo». Tiene a España, a sus amigos y familia en la mente, pero las condiciones son mejores allí.