Carlo Ancelotti tuvo que tirar de recursos en su plantilla para afrontar el derbi ante el Atlético del pasado domingo. Utilizó por primera vez de inicio a Dani Carvajal como central, tras 357 partidos como titular en el combinado merengue, demarcación en la que acusó debilidades en el juego aéreo, pero en la que se instaló por delante de otras opciones como Ferland Mendy o Eduardo Camavinga.

Con la lesión de David Alaba a principios de diciembre, y la que arrastra desde la primera jornada Éder Militao, ambas por roturas del ligamento cruzado anterior de la rodilla, el cuadro de Chamartín sorprendió no acudiendo al mercado invernal para reforzar la parte central de la zaga.

En esta situación, solo dispone de dos jugadores de la primera plantilla, Antonio Rüdiger y Nacho; con Aurelién Tchouaméni como recurso. Pocos efectivos para afrontar la segunda mitad de temporada, como ocurrió en el importante encuentro contra el bloque rojiblanco.

Rüdiger estaba tocado tras recibir un golpe en el duelo del pasado jueves en el Coliseum contra el Getafe, en el que Tchoauméni recibió su quinta tarjeta amarilla, siendo sancionado para el siguiente. De esta forma, Ancelotti tuvo que recurrir a la idea que defendió en rueda de prensa cuando comunicó que no iban a fichar en enero: Carvajal de central.

Aunque esta vez no pudo excusarse en que en categorías inferiores jugó en dicha demarcación, como sí hizo cuando colocó a Camavinga de lateral izquierdo, está claro que no era una idea pasajera para el italiano.

El lateral, que pasó por el Bayer Leverkusen antes de regresar al Madrid, disputó los últimos minutos de la vuelta de la eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones de la 21/22 contra el Chelsea como improvisado central, pero nunca de inicio.

Es más, de los 357 choques que ha protagonizado como titular, 436 los comenzó como lateral derecho, seis de lateral izquierdo, cuatro de carrilero y solo uno de central: el del pasado domingo.

Un derbi contra el Atlético  en el que sumó su partido número 400 con la camiseta blanca, quedándose a uno de igualar a Juanito como el 25ª jugador que en más ocasiones se ha vestido de corto en el combinado merengue.

Sin embargo, no lo pudo celebrar con victoria por un gol encajado en el minuto 93 en el que falló la coordinación con Nacho y en el que se notaron las carencias aéreas de un equipo que sufrió en cada acción de este tipo. Es más, encajó un gol de córner obra de Savic, pero que fue anulado posteriormente por fuera de juego de Saúl. El que sí valió, ya en el añadido, dejó a las claras la debilidad en la línea de centrales del equipo de Chamartín.

Ni Nacho ni Carvajal atacaron un balón frontal, peinado por Memphis, y Llorente fue el que entró con más intensidad para acabar marcando el empate en los últimos instantes. Sí que estuvo bien el hasta ahora lateral en la anticipación, como demostró en tres ocasiones: en el minuto 14 yendo abajo sobre Saúl, en el 35 metiendo la pierna por la espalda a Morata para que no se girara, y ya en el 90 leyendo bien un remate de Griezmann dentro del área para despejar a saque de esquina.

Pero el balón aéreo acabó condenando al Real Madrid, que vio cómo se le esfumaba la opción de consolidarse en el liderato de LaLiga justo antes de recibir al Girona el próximo sábado.