Editorial

Más empresas se suben cada día al carro de la sostenibilidad

DP
-

De momento, son doce los que se han sumado en Palencia, donde está una de las cinco asociaciones españolas del Camino ESS

Lo que hasta no hace tanto era un tema del que hablaban los ecologistas, los radicales del cambio climático o los antisistema, sin que llegara a calar con carácter general en el entramado social, es en la actualidad de obligado cumplimiento o, cuando menos, así figura en protocolos de actuación, en proyectos urbanísticos, en iniciativas de emprendimiento y en programas tanto políticos como culturales o turísticos. 

La situación del planeta, con sus reservas de agua, alimentos y energía al borde del colapso; el calentamiento global que impone la descarbonización y la obligatoriedad de reducir las emisiones contaminentes; la ineludible necesidad de ahorrar al máximo para no forzar los límites; la enorme desigualdad en el reparto de alimentos y los excesos en numerosos campos de actuación humanos, desde la industria, a las nuevas tecnologías, pasando por el turismo, y todo ello sin dejar de lado las numerosas zonas del planeta envueltas en conflictos, han hecho que cada vez sean más lo que se replantean sus actividades económicas desde la óptica de la sostenibilidad. Seguramente lo hacen por su propia salud y seguridad, es decir, por interés, pero al final eso redunda en el bien general.

Doce empresas y entidades de la provincia de Palencia se han embarcado en una iniciativa de turismo sostenible, de la mano del Centro de Desarrollo Rural de Carrión de los Condes, que es una de las cinco asociaciones españolas que trabajan en y por el Camino ESS (Economía Social y Sostenible). Las otras funcionan en Galicia, La Rioja, Aragón y Cataluña. Este singular camino cuenta con la financiación de la Unión Europea y el Ministerio de Turismo, entre otras razones porque su fin último es conectar proyectos de economía solidaria. En el caso de Palencia hablamos de hoteles ecológicos, proyectos artísticos, fincas agroecológicas, casas rurales, empresas de cerveza artesana, huertas o espacios culturales y creativos como la Casa de los Títeres y, seguramente, se irán sumando otros. 

De lo que se trata es de ofrecer experiencias turísticas, pero que sean respetuosas con el territorio en el que se asientan, ya sean rutas de naturaleza, talleres de artesanía, prácticas hortícolas y ganaderas, disfrute de una alimentación sana y del consumo consciente  o visitas para descubrir el entorno, siempre con una valoración máxima del medio ambiente y del medio humano en el que esas empresas y entidades están enclavadas. Para masificar, estropear, arrasar zonas enteras o construir sin control ya están otros, deben pensar, y no les falta razón, los promotores del Camino ESS. Su propuesta es distinta y sumando pocos y otros pocos puede acabar por resultar rentable para todos. Ahí radica el secreto.