Continuando con la reciente festividad de San Juan, no podemos olvidar la importancia de Baños de Cerrato y su eremita de San Juan.
Las condiciones geotérmicas del subsuelo cerrateño, con la confluencia de los ríos Carrión y Pisuerga, hacen que sus aguas sean muy adecuadas para baños termales, por lo que existieron unas termas romanas (posiblemente uno de los primeros balnearios de la historia). Así lo recuerda el nombre de la localidad de Baños de Cerrato, en la que existe un manantial del que se dice que su agua sulfatada sódica tiene propiedades descongestionantes y purgantes, poder curativo que propició que los romanos consideraran la zona como sagrada y mágica.
No en vano en la época romana hubo en esta zona un templo dedicado al dios Esculapio, en la mitología griega denominado Asclepios, dios de la medicina, al que se atribuye el don de la sanación por su conocimiento de las plantas medicinales.
Agua milagrosa
A Asclepios, hijo de Apolo, la mitología le atribuye la potestad de resucitar a los muertos, virtud que no le gustaba nada a Zeus, por lo que hizo resucitar a Hipólito para que le matara con un rayo. Apolo reaccionó matando a los cíclopes que habían fabricado el rayo, y Asclepios ascendió al cielo convirtiéndose en una constelación.
Se dice que de Asclepios descendió la familia de Hipócrates, que da nombre al juramento hipocrático que profesan los médicos sobre la ética que debe inspirar su actividad. Hipócrates fue considerado como el primer médico que rechazó las creencias y supersticiones populares que atribuían las enfermedades a castigos divinos, separando por tanto medicina de religión.
En el lugar se han encontrado restos de villas romanas y una necrópolis medieval con 58 tumbas y objetos como broches de cinturón y otros destinados a liturgias. Muy cerca de allí, los arqueólogos localizaron el ara de las ninfas, con una inscripción de carácter votivo dedicada a las diosas benéficas del manantial que dice: NVMINI SACRVUM VOTO SOL-TO (al numen del manantial, voto cumplido). Este altar, que se encuentra depositado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, demuestra el carácter sagrado que los romanos asignaron a la zona.
Agua milagrosa
Con la llegada de los visigodos la leyenda del poder curativo de este agua se agrandó. Cuenta que el rey visigodo Recesvinto, tras batallar con los vascones, pasaba por este lugar camino de Toledo y sufrió una litiasis renal, siéndole recomendado que bebiera agua del manantial. Así lo hizo y la litiasis desapareció. En agradecimiento a lo que consideró una curación milagrosa ordenó construir allí una basílica visigoda dedicada a San Juan Bautista. Otra versión de la leyenda indica que la decisión de construir la basílica la tomó Recesvinto en agradecimiento por salir ileso de una tormenta con gran aparato eléctrico que fulminó a su caballo un día que se encontraba cazando jabalíes en el Cerrato.
En la decoración de la basílica aparecen figuras idénticas a las de la corona de Recesvinto y sobre el arco triunfal existe una placa de mármol (réplica de la original, que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid) con la siguiente inscripción:
Precursor del señor, Mártir, Bautista Juan, posee el eterno don esta basílica para ti construida; la cual devoto yo, Recesvinto rey, yo mismo amador de tu nombre, te he dedicado, erigiéndola y dotándola a expensas mías y dentro del territorio de mi propia heredad en la era 699, año décimo tercero de mi glorioso correinato.
Esa fecha permite considerarla el templo más antiguo de la península Ibérica (construida en el año 699 de la Era Hispánica, que equivale al año 661 del cómputo actual) y actualmente declarada Monumento Nacional, siendo la representación más genuina del arte visigodo, con sus filigranas, ventanas de celosía, su arco de herradura visigodo, etc., y en su interior un capitel corintio.
En una reforma del suelo de la basílica apareció una baldosa con la huella de una mano. La leyenda cuenta que es la huella de Recesvinto y que aquellos visitantes que pongan la encima la suya y coincida con la del rey tendrán buena suerte.
Curiosamente una escultura de alabastro del siglo XV representando a San Juan Bautista no está ubicada en la basílica sino en otra iglesia de Baños de Cerrato, San Martín de Tours. Al parecer, esta escultura fue fracturada en dos partes en 1808 por soldados franceses.
El manantial se convirtió en fuente mediante sillería caliza, de la que aún se conservan dos arcos de herradura y restos de la cisterna en la que se realizaban baños por inmersión. Una de las pocas obras arquitectónicas de carácter civil hidráulico prerromanas. Está declarada monumento histórico-artístico y se la conoce como la Fuente de Recesvinto. Con el reclamo de sus propiedades medicinales, son muchos los que beben su agua.