Ayer era una jornada especial y, con un pequeño almuerzo compartido incluido, la Asociación Diversas en Red trasladó en plena naturaleza una de sus dos clases semanales de español para extranjeros al ecohuerto con el que cuenta a las afueras de la capital, junto al antiguo colegio de los misioneros Combonianos. Allí se dio cita una veintena de mujeres con distintos perfiles y nacionalidades, de las cuales un total de diez -entre surcos, semilleros, compostaje y sistemas de riego- se integran socialmente, al tiempo que adquieren conocimientos de horticultura y el aprendizaje preciso para ejercer por cuenta propia y vender productos cultivados por ellas.
«La parte de ecología y preocupación por el medio ambiente es una de las ramas que también trabajamos y la metemos un poco en el mismo bloque diario dedicado al apoyo a personas vulnerables. Hay un efecto terapéutico al desarrollar sensibilidad, el amor por lo que crece y el contacto con la tierra, junto al vínculo y la integración que supone poder participar con otras personas. Queremos crear una cesta ecológica en la que vender o facilitar los productos para que se usen tanto en los mercadillos ecológicos que hacemos como en los catering solidarios», explica Almudena Bustos, directora de la Asociación Diversas en Red.
En general, las mujeres que se forman en el ecohuerto afrontan diversos problemas sociales, familiares o desempleo. «Incluso, tenemos a personas con un cierto grado de discapacidad. El beneficio es psicológico y sensorial, desde el tacto al tocar la tierra al uso de las manos. Como ejemplo, una persona en silla de ruedas se fuerza a levantarse, a usar muletas y realizar un esfuerzo y lograr con ello una mayor movilidad. Se mejora en lo cognitivo y los sabores y los olores forman parte de los huertos multisensoriales que queremos crear. Y luego está el factor social, ya que compartir experiencias en plena naturaleza supone siempre un beneficio», agrega.
EMPODERAMIENTO FEMENINO. Vanessa León Santiago, que lleva 25 años entre huertos, es la formadora de Diversas en Red en una actividad que busca la integración social, laboral y el empoderamiento femenino. «El objetivo es el aprendizaje, cómo cultivar tus propias verduras. Lo que pretendemos es que tengan todas las herramientas, los conocimientos y aspectos técnicos cubiertos como la instalación de un riego, labrar la tierra y los procesos de la planta. Desde ahí, ellas deciden si se quieren profesionalizar o quieren generar otro apoyo de economía, de subsistencia familiar y una manera de introducir dinero en tu hogar. Aquí se elimina todo tipo de prácticas agresivas; son todas ecológicas y usamos biofertilizantes y biopesticidas fabricados por nosotras mismas», expone.
Nuria Díez, una joven asturiana que buscó apoyo en Diversas en Red para elaborar un currículum, es una de las participantes. «Soy de Asturias, tuve un huerto y allí no hace falta regar con lo que llueve, mientras aquí conoces la modalidad de goteo. El curso me interesa y obtienes un título sobre manejo de huertos orgánicos. El ambiente es bueno y puedes aprender varias técnicas que te permitan trabajar en algo relacionado con lo aprendido», concluye.