Un derecho y una necesidad

DP
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Usuarios, familiares, trabajadores, voluntarios y vecinos participan en la marcha del centro sociosanitario Hermanas Hospitalarias, que reivindicó que la salud mental sea una prioridad y que debe ser cuidada y protegida

Un derecho y una necesidad - Foto: Sara Muniosguren

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), el centro sociosanitario Hermanas Hospitalarias organizó una marcha que, programada el miércoles aunque se aplazó por las condiciones meteorológicas previstas, tuvo lugar ayer entre la dotación y La Balastera con la asistencia de unas 150 personas, entre usuarios, familiares, profesionales y vecinos más  una veintena de voluntarios. 

«La salud mental no es un lujo ni un privilegio, es un derecho y una necesidad», según el manifiesto que se leyó y en el que también se expuso que «nos afecta a todos, independientemente de la edad, el origen o las circunstancias. Todos podemos experimentar momentos de fragilidad, ansiedad o tristeza. Es necesario reconocer que la salud mental es tan importante como la física y debe ser cuidada y protegida». 

El lema de este año invita a reflexionar sobre el papel que tiene el trabajo en el bienestar mental. «Puede ser fuente de satisfacción, crecimiento y bienestar, pero también  generar estrés, agotamiento y malestar», por eso es «fundamental» promover entornos laborables saludables «donde se respeten los derechos de las personas se propicie su bienestar emocional»; fomentar el autocuidado como una práctica diaria, recordando que «no estamos solos en nuestras dificultades y que pedir ayuda es signo de fortaleza, no de debilidad»; reconocer la «importancia» del descanso y del equilibrio entre el trabajo y la vida personal, «porque el bienestar no puede ser sacrificado en nombre de la productividad».

Según el manifiesto, hoy más que nunca es «crucial» trabajar por una sociedad que «entienda, apoye y trate» la salud mental con el «respeto» que merece. «Debemos luchar contra el estigma que muchas veces rodea a los problemas de la salud mental, y recordar que la empatía y el apoyo mutuo son claves para avanzar».

El manifiesto concluyó con un llamamiento a una salud mental «sin barreras, sin estigmas y con un futuro para todos» y la convicción de que «podemos construir una vida más plena, justa y compasiva».

normalización. El director gerente de Hermanas Hospitalarias, Javier Arellano, incidió en que desde el centro sociosanitario siempre se han hecho actividades que «tienen que ver con la normalización de las personas con algún tipo de enfermedad mental, con su  exposición pública de cara a que puedan reivindicar sus derechos», e hizo hincapié en el «valor» de la dotación ya que «atrae a personas con estas necesidades de atención de toda la comunidad».

El tratamiento «ha evolucionado desde el punto de vista farmacéutico, y también de la atención directa», indicó Arellano, quien añadió a renglón seguido que «no tenemos que olvidar que la enfermedad mental hoy por hoy no tiene cura, sí una rehabilitación. Se trata con farmacología y terapia». Considera que «se han derribado muchos muros de que las personas con algún tipo de problema en su salud  mental tenían que estar encerradas, cuando lo que necesitan, como cualquier ser humano, es empleo, casa,  normalización, disfrute de la vida u ocio». 

«El dato mata al relato y la frecuentación de las consultas de psicología y psiquiatría se ha multiplicado en el sentido de que las personas ahora mismo lo viven como algo más normalizador», comentó Arellano, quien recalcó que en Hermanas Hospitalarias «a partir de la pandemia hubo un nivel de crecimiento de la consulta externa, o atención ambulatoria a la enfermedad mental (trastorno,