El consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, defendió ayer la implicación y las medidas de apoyo de la Junta ante la crisis en el Grupo Siro, y en concreto en el acuerdo para mantener finalmente abierta la planta de Venta de Baños 1, a la vez que acusó expresamente a la exministra del ramo del Gobierno central Reyes Maroto de «deslealtad institucional».
Veganzones, que compareció en la Comisión de Industria, Comercio y Empleo de las Cortes a petición de Francisco Igea y del PSOE para informar de las subvenciones al grupo entre 2018-2021 y de las actuaciones ante el anuncio de cierre de la fábrica de Venta de Baños, realizó un amplio relato cronológico desde el inicio de la crisis, cuando él aun no era consejero, hasta la firma del acuerdo de 13 de junio de 2022 en el Ministerio, con la presencia del presidente de la Junta, y de otro posterior, el 8 de agosto, que supone «el no cierre» de la fábrica venteña y mantener los 190 empleos.
La crítica del consejero a la exministra recibió el aval de Paloma Vallejo (PP) y de Miguel Suárez (Vox), quienes afearon «la puesta en escena» de Maroto cuando acudió «sin invitación» a reunirse con los trabajadores de la factoría venteña y por la firma en junio de 2022 de un acuerdo sin las garantías de futuro «por las prisas electorales» de la ministra.
«No han hecho nada», valoró la socialista Consolación Pablos, anterior alcaldesa de Venta de Baños, que se refirió a las actas del comité de empresa en las que no estaba el consejero «ni nadie de su Consejería», aunque sí reconoció el trabajo del viceconsejero de Economía y Competitividad, Carlos Tobalina. «Aquí hay que felicitarse porque la fábrica esté abierta y reconocer el trabajo de la ministra Maroto. Por qué se fiaban de ella, y no de usted», zanjó.
Igea criticó «el clientelismo puro y duro» con la propiedad de Siro y señaló que se ayudó desde la Junta a la expansión industrial que causó una deuda de 300 millones y preguntó por las subvenciones, que el consejero cifró en más de seis millones entre 2018-2021. «Son unos pagafantas», remató